El Juli, por la puerta grande de Valencia
Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
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17/03/2014 | Valencia | Ponce, El Juli, Jesús Duque | Victoriano del Río | Ovación, oreja y oreja |
Valencia. Martes 18 de marzo de 2014
Feria de Fallas. Lleno. Toros de Victoriano del Río. El lidiado en quinto lugar, segundo del lote de Jesús Duque, nº 55, fue premiado con la vuelta al ruedo.
Enrique Ponce (de celeste y oro) dos orejas; El Juli (de berenjena y oro) ovación, oreja y oreja; y Jesús Duque (de tabaco y oro) que tomaba la alternativa, vuelta al ruedo y dos orejas.
El Juli, inmenso durante todo el festejo. Tres toros lidió, tres ecuaciones diferentes le plantearon y todas ellas las resolvió con una autoridad pasmosa. Sólo su demora con los aceros le impidió que el volumen de trofeos estuviese en consonancia con la supremacía mostrada en el ruedo. Pareció por un momento que la tarde se despeñaba. Quien así pensó no contaba con El Juli, que salvo con la espada tuvo una tarde pletórica. Por eso sólo cortó dos orejas, cuando por esfuerzo y méritos podía perfectamente haber paseado seis. Su primero fue el peor del conjunto. Sólo tuvo embroque, el resto lo puso el torero, que alternó una mano con otra, tratando de que el toro rompiera. Lo consigue a veces, pero como el toro no humilló y trató de sacar siempre la cara por arriba se metió El Juli entre los pitones, con el toro tirando derrotes por encima de la camisa. El descabello el quitó premio.
La faena de la tarde, y seguramente de lo que va de feria la hizo el de Velilla en el cuarto, Lo sometió por bajo en el inicio. El toro humilló. Y transmitió. Exigió mucho al toro por abajo y el toro respondió. Hubo series de gran profundidad, sobre todo con la mano zurda. Y el toro no fue fácil, porque exigió mucho, pero El Juli le ganó la pelea, el toro se entregó y la última parte de la faena, con la mano muy baja, fue, sencillamente colosal. La espada, de nuevo la espada, dejó en una oreja una faena superlativa.
El sexto fue otra cosa. Le dio celo en las primeras series, con el toro moviéndose sin clase. Pareció irse a menos cuando El Juli cogió la mano izquierda, pero, dejándole la muleta puesta, tiró de él con gran sutileza, prologando la embestida. Al ralentí. Grande. Hay series de una lentitud casi irreal. Y el público, de nuevo, loco. Por eso, a pesar de media estocada trasera, que necesitó el refrendo de dos descabellos, le concedió otra oreja.
Hubo buena comunión entre el cuarto toro y El Juli. Bravo uno, poderoso el otro. El de Victoriano embistió con motor de primeras para ir atemperándose bajo el mando del madrileño, que se vació toreando con autoridad. Brilló su tauromaquia de trazo largo, la que imprime largura y profundidad a su toreo, con un toro que siguió el engaño humillado. Roto el torero, los naturales tuvieron recorrido, ofreciendo siempre la muleta por delante para ligar con la bamba de la misma. La plaza, un clamor. Gran dimensión la ofrecida por el madrileño, que brindó la faena a la cuadrilla de Enrique Ponce. Pinchó antes de dejar una estocada marca de la casa. Oreja de peso.
Salió El Juli espoleado frente al que cerró plaza, con hambre de triunfo para no quedarse atrás. Sacó toda su raza, carácter y técnica lidiadora para sobreponerse a un toro sin fondo ni fuelle, aunque con nobleza por el pitón derecho, que aprovechó Julián para torear muy despacio, sosteniendo la embestida con pulso. Mató de una estocada casi entera y a pesar de los dos descabellos, se le premió con la oreja.
El Juli estuvo muy por encima del tercero, un toro sin recorrido y protestón, que soltaba la cara con feas intenciones. La poderosa muleta de Juli tapó los defectos del victoriano y extrajo algunas series meritorias, en las que pulseó bien la embestida, con toques fuertes para fijar. Mató de estocada entera algo trasera.