Zaragoza: El presidente no premia con las dos orejas una soberbia faena de El Juli

Zaragoza. Viernes 11 de octubre de 2013

Quinta de la Feria de El Pilar. Lleno. Tres toros de Vellosino (1º, 5º y 6º) y tres de Zalduendo.

Finito de Córdoba (de corinto y oro) silencio y vuelta tras petición; Morante de la Puebla (de pizarra y oro) silencio y bronca; El Juli (de berenjena y oro) oreja con petición de la segunda y ovación.

Cultoro

Toreó en el filo Julián porque es allí donde vive, donde dio el golpe de estado en el que ahora impone su dictadura de adueñarse poderoso de voluntades con trazos. En el filo torea el de Velilla porque conoce miradas, interpreta gestos, estudia comportamientos y aplica las soluciones para sentirse superior. Y lo es. Por eso convenció al tercero con el trapo por abajo, exigiendo y aliviando a partes iguales en cada tanda, sin dejar flecos ni espacios para macizar el conjunto. Se sabe superior Julián y ejerce de ello.

Por eso le dio los medios y le ofreció distancia al sexto antes de meterse con él desde el primer muletazo. "Como te vas a rajar", pensó Julián, "dámelo pronto y vete". Pero no pensó el torero que sería tan pronto cuando le firmase el Vellosino el armisticio, y blandiese bandera blanca tras el largo el imperioso trazo en dos tandas de exigente son. Vivió en el filo Juli, porque allí es donde se siente libre. Y lo es con orejas o sin ellas, aunque le quemen por dentro el orgullo y la ambición. Marco A. Hierro

mundotoro

Bonito toro el tercero. Poco picado. Mediano, sin clase y sin querer empujarla. El Juli estuvo muy por encima de él. A base de esfuerzo y técnica lo rompe para delante y por abajo. Todo poder. Con la derecha perfecto. Le fue sacando todo lo que llevaba dentro el toro, que no era mucho. Todo lo hizo El Juli. Después de media estocada, hubo clamorosa petición de la segunda oreja pero el palco volvió a hacer el ridículo. El toro de la jota tampoco ayudó al triunfo. Javier Sesma

aplausos

El Juli cuajó ante el flojo tercero de Zalduendo una labor completa por ambos pitones. El toro, con las fuerzas justas, duró en manos del madrileño una eternidad. Recursos y talento de Julián que fue premiado con un trofeo a pesar de la fuerte petición de la segunda oreja. Carmelo Moya