El Juli lo borda con el toro de la reaparición y corta dos orejas
Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
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02/03/2013 | Olivenza | Padilla, El Juli, Perera | Garcigrande | Dos orejas y palmas |
Olivenza (Badajoz). Sábado 2 de marzo de 2013
Primera corrida de la Feria del Toro. “No Hay Billetes”. Toros de Garcigrande, tres de ellos, los lidiados en primer, tercer y cuarto lugar con el hierro de Domingo Hernández.
Juan José Padilla (de nazareno y oro) palmas y oreja con petición de la segunda; El Juli (de grana y oro) dos orejas y palmas; y Miguel Ángel Perera (de carmín y oro) silencio y dos orejas.
Otro de mucho fondo pero por hacer al que El Juli le cortó las dos orejas en un faenón. Un burraco desfondado. un cuarto toro exigente, el quinto reservón y malo y embistiendo por fuera, y muy bueno para el torero el sexto. Este quizá con una lesión en una pezuña pudo haber sido aún mejor. El Juli cortó dos orejas en su reaparición tras haber firmado una faena de rabo al segundo. El madrileño rayó a un nivel altísimo y estuvo tremendo con un animal que a veces quería irse de la suerte. Con enorme seguridad, cuajó al toro y toreó muy por abajo en todo momento, incluso los molinetes fueron a la altura del tobillo. Apabullante en las cercanías. Solo la espada, que cayó algo trasera la privó de haber cortado el rabo. Después, apostó por el quinto, un toro que nunca fue agradecido. El madrileño consintió todo, en todos los terrenos y se dio un arrimón ante un animal reservón que no se desplazó nunca. Hubo petición de oreja antes de que el diestro saludara una ovación.
Dos orejas ha cortado Julián López “El Juli” en su vuelta a los ruedos tras el accidente de tráfico que sufrió recientemente y en el que se fracturó el radio brazo izquierdo. Ni rastro de la lesión en un Juli que se ha lucido toreando a la verónica y en un quite por chicuelinas y tafalleras. Con la pañosa ha estado poderoso y dominador ante un toro que ha mitad de faena ha querido rajarse. El Juli, que ha brindado el toro al cantante Manolo García, le ha tapado todas las salidas en varias tandas sobre ambos pitones bajando mucho la mano. Entrega y temple del madrileño que ha vuelto repleto de facultades.
En su feudo, donde vive y pace, volvió El Juli a los ruedos. Y lo hizo tal y como lo dejó antes del accidente de tráfico de hace poco más de un mes: pletórico de sitio, de mando, de autoridad. El Juli, por sus fueros. Llenazo en la festiva Olivenza, primer éxito. Entre la crisis, el fútbol y el frío de toda la semana y de hoy mismo, había excusas mil para no ir a la taquilla.
Ambientazo en la ciudad y en la plaza, que vivió con intensidad esa faena del regreso de Juli frente a un castaño de Garcigrande que sacó ritmo, largura y un pitón hecho una breva. Juli halló toro siempre, en la distancia larga, de inicio, con dos series de muchos metros y muleta en el morro para cuajar derechazos sin fin, uno tras otro, casi sin solución de continuidad entre ellos. Sentido de la medida, de la precisión en toques, en alturas, en distancias, cada vez más acortadas, hasta llegar a fundirse toro y torero sin huecos entre sí, ya al final, con un circular enroscado a la cintura y prolongado con el de pecho, insólito, bello y reunido. Olés roncos y largos. El "ay" lo puso escondiendo la muleta tras sus muslos, mostrando apenas el pico y dejando que el toro pasase descontrolado a por el señuelo rojo que asomaba tras él, una y otra vez. La estocada y las orejas. Javier Hernández