Histórica tarde en solitario de El Juli en Latacunga
Fecha |
Plaza |
Cartel |
Ganadería |
Resultados |
30/11/2012 |
Latacunga |
El Juli |
Huagrahuasi, Triana |
Cinco orejas y un rabo |
Latacunga (Ecuador). Viernes, 30 de noviembre de 2012.
Lleno de "no hay billetes". Tres toros de Huagrahuasi y uno de Triana, lidiado en primer lugar. El cuarto, de nombre "Localeño", nº 175, de 475 kilos, fue indultado.
El Juli (de nazareno y oro), como único espada; Ovación, dos orejas, oreja y dos orejas y rabo simbólicos.
El Comercio
El maestro del toreo Julián López ‘El Juli’, corto cinco orejas y un rabo, indultó un toro y salió a hombros ayer en Latacunga. Un llenazo de localidades agotadas, un ambiente emotivo consolidó a la fiesta brava en el Ecuador con el triunfo colosal de la primera figura del momento. Se lidiaron tres toros de Huagrahuasi y uno de Triana, corrido en primer lugar. El cuarto, fue indultado. Los toros fueron nobles, bravos y humilladores. Una ceremonia emotiva y sincera para abrir plaza con entrega de placas y palabras del alcalde Rodrigo Espín, anunciando la declaratoria de la fiesta como Patrimonio Cultural Inmaterial. Toda la tarde los gritos de “¡Viva la libertad!”, “¡Viva Latacunga!” y “¡Viva Quito!”, acompañaron el festejo. El saludo de capote de El Juli fue sensacional. Templadas verónicas y media de remate de cartel. Quite enjundioso de faroles de pie y una dosis de banderillas en todo lo alto de Calahorrano. El temple gobernó las series de muleta con la derecha. El Juli tiraba de la res que humillaba y tomaba bien los vuelos de la flámula. Dos series con la mano izquierda antecedieron a un nuevo ensayo por toreros en redondos hasta que el toro rebosaba las bambas del engaño. Remate florido. Y cuando tenía las orejas en sus manos tres pinchazos y una estocada dejaron todo sin premio. El segundo del torero madrileño tuvo clase y kilos, bien hecho adoleció de falta de fuerza pero el maestro lo toreó de principio a fin con total lucidez, chicuelinas en el quite y remate de media pinturera. Bien con los palos El Tortuga y Patatas. Intensas, toreras de manos bajas, las series con la mano derecha y los remates, de cartel y en cámara lenta con forzados y pases de pecho enormes. Tres cuartos de espada que derriban a la res sin puntilla. Dos orejas. El saludo de Julián al tercero de mecidas verónicas mostró la poca fuerza del toro, con cuajo y peso. Quite florido, buen par del Patatas y una faena de sabiduría superior, de tiempo y pausas por naturales y derechazos suaves, y explosivo final de circulares y molinete rodillas. Cuando saltó a la arena el cuarto, Localeño, de 475 kilos su transmisión por embestir cantaba cierre triunfal. El Juli lo saludó con una larga cambiada, verónicas superiores y revolera de cierre rotundo. El quite por chicuelinas, tras el medido puyazo de Hernán Tapia fue explosivo. Y El Juli recordó viejos tiempos, banderilleó en medio del clamor y se dobló con poder y ciencia en el inicio del trasteo, para conseguir una faena gigante por ambas manos que culminó en el indulto, dos orejas y rabo y la vuelta al ruedo con el ganadero y empresario José Luis Cobos la puerta grande brillante, definitiva. Gonzalo Ruiz
mundotoro
Julián López El Juli ha cosechado un gran éxito en la plaza de Latacunga. Por encima de los trofeos obtenidos, incluso dejando a un lado la parte artística -estuvo cumbre el torero madrileño, versátil, poderoso y profundo al tiempo- el de Velilla reivindicó la Fiesta en Ecuador, la fiesta íntegra, el espectáculo total, y con él los miles de espectadores que abarrotaron el coso. Como nota curiosa, fue el matador español David Galván quien lo sacó en hombros una vez finalizado el espectáculo.
Al primer toro lo toreó con pulso y cadencia. El segundo, más complicado, le exigió toda su maestría. Más endeble el tercero, lo cuodó y lo dio mimo a media altura y al gran cuarto, 'Localeño' de nombre, lo cuajó en todos los tercios porque hasta lo banderilleó, y como aguantó su exigente toreo tuvo como premio el indulto. Así se hace, se fomenta y se propaga este arte y así se lucha contra sus detractores. El Juli exhibió sobre la arena ecuatoriana los mejores argumentos. ¿Se hará el sordo Correa? Belén Noboa
aplausos
Julián López "El Juli" ha brindado una soberbia tarde de toros en la ecuatoriana localidad de Latacunga, donde ha cortado cinco orejas y un rabo simbólico tras lograr el perdón para el cuarto astado del festejo. El madrileño, redondo en todos los tercios, pudo aumentar el cupo de trofeos de no haber fallado a espadas con el que animal que abrió plaza. Al indultado, de Huagrahuasi, de nombre "Localeño", herrado con el número 175 y de 475 kilos de peso, llegó a torearle por lopecinas con el capote y banderillearlo con brillantez en una lidia que puso el colofón ideal a un festejo histórico, en el que el madrileño defendió la lidia íntegra en un país cuya capital ha prohibido recientemente la muerte del toro en la plaza.
burladero
Ante una plaza llena hasta la bandera, se llevó a cabo la corrida de toros en la cual El Juli toreaba en solitario a cuatro toros de Huagrahuasi y Triana de muy buen juego con raza y recorrido.
Su primer toro, un animal con raza que lo toreó con lentitud y mucho mando, arrimándose por ambos pitones y gustándose con su toro, pases con hondura y calidad, la espada no le permitió cortar las orejas que las tenía merecidas por su lidia.
En su segundo toro, con menos raza que su antecesor, El Juli otra vez demostró el poder de su toreo, con el capote nos dejó ver chicuelinas y una media de cartel. Ya con la muleta otra vez por ambos pitones, toreando con gusto y con un público entregado, mató de un estoconazo, dos orejas.
Su tercer toro un animal que repetía pero con poca fuerza. El Juli con la puerta grande asegurada no bajo su ritmo y nuevamente metió al toro en su muleta para torearlo con gusto y torería, bajándole la mano y terminando el pase con la mano un poco arriba para evitar que el toro se caiga, varios circulares y nuevamente una gran estocada.
El colofón de la faena vino con el cuarto toro, un buen toro de Hugrahuasi que fue indultado, El Juli nuevamente entregado con su público hizo una faena completa, con el capote verónicas a pies juntos, después de la pica complació al público con sus famosas lopecinas, para luego coger las banderillas y colocar tres pares en todo lo alto, ya con la muleta lo toreo otra vez a gusto e hizo todo lo que quiso con un toro que no se cansaba de embestir, aunque después de que la presidencia concedió el indulto dio muestras de quererse rajar. Alejandro Maldonado