Huelva: Puerta grande para El Juli
Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
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06/08/2011 | Huelva | El Juli, Perera, Talavante | Núñez del Cuvillo | Dos orejas y ovación |
Huelva. Sábado 6 de agosto de 2011.
Plaza de toros de
El Juli (de verde botella y oro) dos orejas y ovación tras petición; Miguel Ángel Perera (de verde hoja y oro) dos orejas y ovación; y Alejandro Talavante (de lila y oro) oreja y silencio.
“El Juli había sorteado un primer animal que dobló las manos de salida, pero al que supo sujetar el madrileño. Maestro de los tiempos, El Juli toreó a su favor espaciando las tandas y relajando el mando. Era necesario eso para bajar la mano después como lo hizo, citando siempre lo más adelante posible y terminando siempre lo más atrás concebible. Entre medias, el muletazo de trazo imperativo que es una de las señas del torero. Y la limpieza. Y la ligazón con un toro que repetía. El espadazo no desmereció el conjunto. Sólo pudo mostrar disposición, sin embargo, con el cuarto. Lo toreó bien a la verónica, moviendo el capote, como toda la tarde, con cadencia y frescura de ideas, pero el toro no quería por más que lo intentó el diestro. El espadazo levantó una legítima y mayoritaria petición que el Presidente decidió, legítima pero torpemente ignorar”. Daniel Ventura (mundotoro).
“Julián López El Juli, que hizo el paseíllo sin montera debido a los puntos que lleva en la cabeza por el percance que sufrió en Bayona, se encontró a un primer oponente colaborador, al que enjaretó un quite por chicuelinas ajustadísimas que fueron el prólogo de lo que iba a acontecer en la faena. Comenzó su trasteo por alto y con suaves muletazos dejó al astado en los medios. Allí encajó la figura y bajó la muleta para ir encelándolo y tirando de él hasta meterlo en la canasta. El Juli le imprimió temple cuando lo toreaba en redondo y consiguió muletazos de gran mérito. Por el pitón izquierdo el toro protestaba más, pero el madrileño se mantuvo firme, mandando, y consiguió naturales de bella factura. Volvió a la diestra con tres muletazos rematados de dos pases de pecho que hicieron vibrar a los tendidos. Un circular invertido, dos ayudados y una trincherilla pusieron el punto y final a una faena de altos vuelos. Puso mucho gusto y torería en el recibo al cuarto, recetándole una serie de verónicas bien mecidas que tuvieron mucho sabor. El quite por delantales fue un dechado de templanza y suavidad exquisita. A este toro de Cuvillo le faltó motor y el tranco final. La faena del madrileño no tuvo remate porque los muletazos eran a media altura. Aun así, Julián estuvo por encima de su oponente, intentándolo por ambos pitones. Lo mejor fue la estocada con la que el toro cayó fulminado”. Guadalupe Rubio (burladero.com).