Crónicas

Crónicas de Julián López

El Juli, sensacional, corta un rabo en el festival de Olivenza

Fecha Plaza Cartel Ganadería Resultados
09/10/2010 Olivenza Leonardo Hernández (Rej), Espartaco, Víctor Mendes, El Juli, Talavante, Posada de Maravillas Varias ganaderías Dos orejas y rabo


livenza (Badajoz). Sábado 9 de octubre de 2010.
Festival a beneficio de la Santa Casa de la Misericordia de Olivenza. Ejemplares por este orden de Luis Terrón, Gavira, Zalduendo, Garcigrande, Núñez del Cuvillo y Bernardino Píriz.
El rejoneador Leonardo Hernández, oreja; Espartaco, dos orejas; Víctor Mendes, oreja; El Juli, dos orejas y rabo; Alejandro Talavante, oreja; y el becerrista Posada de Maravillas, oreja.

"Una institución que merecía todo el apoyo que le brindaron los aficionados comprando su entrada y colaborando así con tan noble causa. A todos ellos, personas de buen corazón que quisieron ayudar a los mayores de Olivenza, ese dios del toreo quiso compensarles, agradecerles el esfuerzo regalándoles una faena de Julián López 'El Juli' que detuvo el tiempo. Una lección magistral de tauromaquia que dejó el corazón en un puño en los tendidos. Si en ese momento hubiese diluviado, posiblemente nadie habría sacado el paraguas por miedo a perder un instante, un muletazo, un detalle de torería del diestro que, sin duda, está arrasando esta temporada. La lluvia quiso ser protagonista, pero el que lo fue, indiscutiblemente, fue Julián López. De la ganadería de Garcigrande era el mejor toro de la tarde. Un animal encastado al que 'El Juli' recibió con verónicas. Embistió con fuerza en el caballo, metió riñones y terminó por tirar al equino al suelo. Venía con ganas Julián, quería hacer una buena faena y que los asistentes guardasen cada instante, cada detalle en sus retinas para repetir una y otra vez los momentos de esa antológica faena. Brillante quite por chicuelinas. No tan brillante algunos aficionados, que pidieron al madrileño que pusiese banderillas olvidando que hace casi una eternidad que Julián dejó los palos para sus subalternos. Brindó al público y comenzó la faena a pies juntos. Y entonces el tiempo se detuvo entre derechazos de mano baja, llevándolo muy tapado en muletazos hondos, largos, eternos, de gran calidad, con muchísima transmisión. Torero virtuoso, 'El Juli' está haciendo una temporada que debería pasar a los anales de la historia. Para no variar, estuvo acertadísimo con la espada y el animal, que resultó ser el mejor de la tarde pues no se cansó de embestir y demostró bravura, rodó al instante. Merecidísimas las dos orejas y el rabo con el que fue premiado por la presidencia". La muleta de El Juli detiene el tiempo en Olivenza. Por Estefanía Zarrallo (Hoy).

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