Juriquilla: El Juli, sensacional, corta un rabo
Fecha |
Plaza |
Cartel |
Ganadería |
Resultados |
31/01/2009 |
Juriquilla |
Fernando Ochoa, El Juli, Garibay |
La Estancia |
Ovación y dos orejas y rabo |
Juriquilla (México). Sábado 31 de Enero de 2009.
Lleno. Toros de La Estancia.
Fernando Ochoa (de azul añil y oro) palmas y dos orejas; El Juli (de corinto y oro) ovación tras petición y dos orejas y rabo; e Ignacio Garibay (de carmesí y oro) oreja y silencio
"Vino la faena del maestro de Madrid, El Juli, ante un toro que parecía que no haría la faena, con suaves muletazos por el pitón derecho a media altura, fue enseñando al Caribeño a seguir la franela con el temple con largueza en redondo y el toro entendió que estaba delante de una muleta mandona y el de la estancia defendió el honor de su ganadería, vino un muletazo largo que se quedó en la retina de muchos espectadores, valió el boleto un cambiado por delante seguido con el derechazo largo, largo, lento y templado, el graderío se emocionó y se escuchó el oleé hasta la presa de Juriquilla, la faena se fue para arriba lo entendió el madrileño y se sintió a gusto delante de la cara del toro, fue una faena con adornos molinetes, trincherazos, pase por detrás, dosantinas, todo en un mismo terreno sin enmendar terreno, el toro fue noble y con recorrido se escuchó el grito de ¡¡torero, torero!!, se perfiló por derecho, echando el corazón por delante para dejar una estocada en bien sitio, la plaza se vistió de blanco pidiendo las orejas y el rabo, el juez sacó el pañuelo verde, y anunció el arrastre lento al toro antes de irse al destazadero". Juan Carlos Amarillas G. (Esto).
"Ese quinto toro no resultó claro de principio y, como algunos de sus hermanos, adoleció de mansedumbre y escaso celo. Sin emabrgo, El Juli cambió las tornas con una tauromaquia depurada, de un enorme poso técnico que sirvió a su vez para sacar petroleo de donde parecía no haberlo. El toro, al que Juli tapó, entendió, gestionó a la perfección terrenos y distancias y terminó haciendo embestir, agradeció la gran labor del madrileño para terminar embistiendo y permitió ligar buenas series de muletazos por uno y otro lado. La estocada, en la misma yema, desató la petición del rabo. En su primero, Julián volvió a mosotrarse muy por encima del astado, habiendo de ponerlo todo el diestro ante la renuencia a embestir del de La Estancia". Burladero.