Crónicas

Crónicas de Julián López

Triunfo importante de El Juli: Dos orejas en San Sebastián

Fecha Plaza Cartel Ganadería Resultados
15/08/2007 San Sebastián Pablo Hermoso, El Juli, Gallo Daniel Ruiz Oreja y oreja


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  • San Sebastián. Miércoles 15 de Agosto.


    4ª de Feria. Con casi lleno en los tendidos del coso de Illumbe se han lidiado cuatro toros de Daniel Ruiz y dos de Fermín Bohórquez para rejones


    Hermoso de Mendoza, oreja y ovación; El Juli (de rioja y oro) oreja y oreja; y Eduardo Gallo (de nazareno y oro) oreja y oreja.


    “El Juli, primero por sujetar en los medios a un toro mansito y noble,con un buen pitón derecho, el segundo, al que mató de una buena estocada y después por torear firme y asentado al quinto, un animal al que le costó romper para delante y ante el que el madrileño hizo un esfuerzo por imponerse a su condición”. Dos orejas Juli y Gallo y una Hermoso en tarde entretenida. Por Mundotoro


    “El Juli tuvo que tirar de raza en sus dos toros. El primero ya se defendió en el capote y no estuvo cómodo con el percal. Así que después de un primer puyacito se fue a los medios y firmó tres chicuelinas y la media ajustadas a más no poder. Se gustó el de Velilla en esos lances, que remató poniendo al toro en el caballo corriéndolo a una mano. Pura torería. La faena de muleta fue a más porque así fue la raza de Julián. El toro no acompañó, pues nunca rompió de verdad. Ora la tomaba por bajo, ora pegaba un cabezazo molesto, ora echaba las manos por delante, ora amagaba con rajarse. No fue toro de embestida continua, por más que Juli lo intentó. Se gustó en el inicio y en los muletazos, casi todos por debajo de la pala del pitón. Trayéndolo embarcado desde adelante, echando la muleta al hocico, surgieron enganchones. Más por ese cabezazo defensivo del toro. Lo mejor fue una de las primeras series en redondo. Encajado el torero, firme la planta, fueron cuatro derechazos con mando, ligazón y empaque. Cuatro, pero qué cuatro. El final también fue intenso. Reventado el toro por bajo, Julián jugó con él. Ligó circulares casi infinitos, se pegó un arrimón y lo remató de un espadazo que lo tiró sin puntilla. No permitió el toro exquisiteces, así que Juli tiró de su raza para hacerse con él. Y a fe que lo hizo. Poco más o menos sucedió con el quinto. Toro nada claro desde su inicio. Julián aplicó la misma medicina: raza, valor, entrega y mucha cabeza. Se lo sacó a los medios y allí lo probó una y otra vez, sin que el de Daniel Ruiz terminase de entrar en la historia. La primera tanda fue deliciosa. También una al natural, entregado y roto. Pero nada calaba en este público helado de Illumbe. Hasta que Juli tomó el camino del arrimón, que terminó atragantando incluso al toro. Con los pitones rozando los muslos, Julián terminó arrancando una oreja de las de sudar”. Juli y Gallo, por encima, dos orejas; Hermoso, una en la mixta de Illumbe


    Por Mario Juárez (burladero.es)


    El Juli y Pablo Hermoso de Mendoza tiraron del carro. Apenas huecos en las filas más altas de sombra y ganas de fiesta. La hubo. Juli no perdonó.El Juli había pulido y tapado los no pocos defectos de su primero, de Daniel Ruiz, como todos los de lidia ordinaria. Dos más que terciados y dos más en serio. Los abrieron en lotes. Éste que rompió fuego para los matadores gazapeó en la muleta de principio, con un ojo siempre en la querencia, con tremendas ganas de irse, con un punto rebrincado al ser sometido. Julián López lo empapó de muleta. Ni una ventana al campo. Tampoco un enganchón. La voz también citando y encelando. Todo en el sitio exacto para ligar y que no se fuese. O que no le quedasen tentaciones. Las dos últimas tandas de redondos fueron a favor. Y extraordinarias, por profundidad y extensión de los derechazos. Inapelable el espadazo. Un cañón. Aunque perdiese el engaño en el embroque. Tardó en doblar el toro, que terminó por morir donde siempre quiso ir, a toriles. De ley el premio”. Cinco orejas de distinto peso y dos buenas faenas de El Juli y Hermoso. Por Zabala de la Serna (ABC)


    “Mientras, en el quinto, brusco y que embestía a cabezazos, estuvo mucho mejor que con el anterior. Se arriesgó puesto que el toro no tuvo fijeza y, siempre con la muleta adelantada, le hizo pasar por ambos pitones aguantando las tarrascadas que tiraba hacia arriba. Faena de mucho mérito, quizá no tan estética pero sí peligrosa, en la que había que estar muy atento a las evoluciones del animal y dominarlo de principio a fin. Muy bien”. Con el peligro, emoción y toreo. Por Juan Posada (La Razón)

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