Con tres cuartos largos de entrada se han lidiado seis toros de Núñez del Cuvillo, de juego desigual

El Juli, saludos y silencio; Sebastián Castella, oreja y oreja; y César Jiménez, silencio y oreja

“Juli firmó la faena de la tarde a su primero, trasteo que sin embargo tuvo poco eco en el tendido. El toro se movió mucho, pero siempre sin fijeza, queriendo irse de la suerte. Fue una faena fundamentada en la mano diestra, sin apretar al toro en un primer momento, fijándolo con toques firmes y tapándole mucho. A medida que avanzó la faena, la labor de Julián ganó en profundidad y variedad, sobre todo en los remates, que aliviaron en muchas ocasiones al Cuvillo. Con todo, lo más importante lo hizo al natural. El toro había protestado y gazapeado mucho desde el inicio por ese pitón, y aun así terminó obligándole a embestir, tirando mucho de su embestida, cada vez más, hasta dejar tres muletazos de gran calibre. Los mejores. Sólo el descabello le impidió pasear una oreja más que merecida. El cuarto fue toro imposible. Se frenaba y no pasaba. Embestía con la cara alta sin raza ni fuerza. Aun así, Julián lo intentó por ambos pitones, lo llevó a media altura, cosido a la muleta, robándole un par de series a base de muchos toques y técnica magistral, por encima de sus compañeros”. Por burladero.es

“...Tampoco estuvo acertado El Juli con la espada en el primero y por eso se quedó sin oreja en el primero tras una faena con empaque y hondura en una faena cimentada en la mano zurda. El cuarto no tuvo clase y la faena de El Juli no pudo ser brillante”. Por Iñigo Crespo (mundotoro)