Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
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26/06/2007 | Burgos | El Juli, Castella | Bañuelos | Oreja, palmas y dos orejas |
Burgos. Martes 26 de Junio.
3ª de Feria. Lleno casi total. Toros de Antonio Bañuelos, de juego desigual.
El Juli (de azul y oro) oreja, palmas y dos orejas; y Sebastián Castella (de azul pavo y oro) silencio, dos orejas y oreja
El Juli y Castella salieron en hombros
“Un gran Juli sale a hombros con Castella y Bañuelos en Burgos”. Por
La tarde de Julián tuvo poso. De figura y de gran torero. Fundamentalmente porque se sobrepuso a los tres toros que tuvo enfrente. Con los tres hizo lo que quiso en el ruedo. Y con los tres dejó patente su raza y su garra. Lo puso de manifiesto en el saludo a la verónica al primero y en el quite por chicuelinas a ese toro. Había pelea. La faena fue a más mientras que el toro lo hizo a menos. Ese primero se movió y transmitió a los tendidos. Nunca lo hizo entregado ni con clase. Juli le aguantó y consiguió ligarle dos series en un palmo de terreno. Antes había llegado un bello inicio por bajo. Después una serie en redondo en la que no movió las zapatillas del suelo. Y otra en la que consiguió un redondo completo ligando dos muletazos sin parar. Daba igual el viento molesto o el más molesto cabeceo del toro. Le probó y aguantó al natural –pitón por el que no iba- y volvió al derecho, para cerrar con una serie muy despacio. A gusto. El tercero fue el peor de la corrida. Sin fondo y con mal estilo. Desarrollando sentido. Toro para volver loco a más de uno. El Juli lo sacó a los medios en el saludo de capa, lo llevó galleando por chicuelinas al caballo y templó en un quite por tafalleras. Todo abierto. Todo muy despacio. La faena fue de aguantar. De tragar paquete. Al toro le costaba pasar y se defendía lo suyo- En más de un momento buscó al torero. Le encontró siempre colocado, siempre cruzado, siempre firme y siempre con la muleta puesta. Estaba enrazado y entregado Julián, que inició la faena con cuatro muletazos por alto de rodillas. Sin moverse del sitio. Lo llamó y dejó venirse al toro de largo. Él quieto como una vela. Después llegó el pulso, el toma y daca, que ganó el torero. Lo mejor llegó de nuevo en redondo, con series de tres y cuatro muletazos muy despacito. Gustándose y todo. Aunque lo desperdició con la espada. Sin embargo, la gran actuación de Juli llegó en el quinto. Un toro noble, pero que se defendió siempre a final del muletazo. Se dejó, sin más, como se dice ahora. Al toro lo templó Juli de capote a la verónica. Le dejó crudo en el caballo y todo lo hizo a favor en la muleta. Le dio los terrenos que pidió y no le obligó en los inicios. Toda esa faena fue muy templada, con gusto, con empaque. Le toreó muy despacio, en una labor sin fisuras, sin tiempos muertos, en la que se fue entregando más y más. Por el izquierdo toreó a cámara lenta. La segunda serie al natural, de frente, fue impresionante. Después llegaron tres derechazos muy largos, larguísimos, a cámara lenta. Y otra más importante aún. Con el torero disfrutando, entregado y roto, llegaron los guiños al tendido. En Burgos se aplaude más un circular que un natural profundo. Y demostró que también sabe darlos, con temple, pulso y empaque. Dos circulares invertidos eternos, completos, sin un enganchón ni un tirón. Perfectos. Ligados con la trincherilla y el de pecho y rematados con un estoconazo en lo alto. Dos orejas justas. Tarde importante del madrileño. Una más.
“Un duelo de titanes al atardecer”. Por Iñigo Crespo (mundotoro)
A El Juli le ha tocado un primer toro de Antonio Bañuelos que ha tenido fijeza y nobleza aunque no ha terminado de humillar, Julián ha cuajado una faena buena basada en la mano derecha, en la que ha sido llamativo el temple y la ligazón. Ha matado de una estocada desprendida y se le ha concedido una oreja. Otra oreja podía haber cortado el de Velilla al tercero, un toro noble que ha tenido clase pero no ha tenido finales. Lucido ha estado con el capote tanto a la verónica como con un vistoso galleo y también en un quite por talaveranas, con la muleta le ha sacado el máximo partido al animal, pero ha pinchado. El Juli le ha dado la réplica frente al bravo quinto, un toro bueno y con clase pero a la vez exigente al que el madrileño ha ido metiendo en la muleta con mucho mando, técnica y templanza. Faena con hondura, en la que ha quedado de manifiesto la capacidad de El Juli, la estocada de antología ha sido el colofón final a su actuación, premiada con dos orejas.
“El Juli, vencedor moral del triunfal empate con Castella”. Por Rosario Pérez (abc)
Fue El Juli quien dio el do de pecho. Como las esfinges que decoran la Escalera Dorada de la Catedral de Burgos, su privilegiada cabeza y su garra de león impartieron una lección de toreo. Variado en quites y pendiente de la lidia, inauguró el marcador con el encastado primero, un toro con transmisión pero que protestaba al final del muletazo. Pese a ello, obtuvo derechazos larguísimos, gracias a su técnica y su buena colocación. Barrió el albero a la verónica en el tercero, con el que prologó de rodillas. Los oles se corearon entonces por el graderío, aunque la cosa no pudo cuajar porque el toro no humilló nunca y resultó muy deslucido. Su faena al quinto, con más clase, puso los tendidos boca abajo. Además de templar en las series, se adornó con jaleados molinetes y circulares interminables y lentos. La estocada fue de antología. Paseó feliz las dos orejas.
Fotos: Tauroburgos.com