El Juli, en hombros, toreo de antología
Fecha |
Plaza |
Cartel |
Ganadería |
Resultados |
22/07/2007 |
Ávila |
José Tomás, El Juli |
Zalduendo |
Oreja, ovación y oreja |
Ávila. Domingo 22 de Julio.
Lleno de no hay billetes. Toros de Zalduendo, el 5º como sobrero.
José Tomás (de grana y oro) ovación, oreja con petición y ovación; Julián López “El Juli” (de rioja y oro) oreja, ovación y oreja
El Juli salió en hombros
Resumen de prensa
“Gran tarde de El Juli, que sale a hombros en el mano a mano de Ávila”. Por Mario Juárez (burladero)
El duelo entre José Tomás y Juli se decantó claramente a favor de Julián. No porque saliese a hombros, no porque cortase más número de orejas, sino porque de sus manos brotaron los mejores muletazos de la tarde. Largos, hondos, profundos, encajada la figura, arrastrando la muleta a más no poder, abriendo el compás. Pocas veces se habrá visto a Juli tan roto, tan profundo, tan torero. Así las cosas, El Juli se alzó como máximo protagonista de la tarde. Gran actuación de Julián, que también salió a por todas y motivado. Así se sostienen los mano a mano. Al segundo lo lanceó despacio y quitó por tafalleras, dejándoselo llegar. Pero llegó el repertorio con la muleta. El toro, flojo y bajo de raza, quedó imantado por la muleta de Julián. Se la echaba, la llevaba con mimo, se la volvía a dejar en el morro y volvían a repetirse los muletazos. Hubo una serie, en redondo, con mano baja, que fue sólo el preludio de lo que llegaría después. La gran faena llegó con el cuarto. El mejor toro. Pero también manseó en los primeros tercios. Sin embargo Juli puso la cabeza a funcionar, se lo sacó a los medios y allí lo sujetó. Con temple y técnica. La faena fue creciendo a pasos agigantados. De forma inmensa. Juli encajó los riñones, se espatarró y bajó la mano a más no poder. Media muleta arrastrando por el suelo. No se puede torear más bajo. Y más ligado. Y más profundo. Hubo series de cinco y seis muletazos ligados. Después llegaron cuatro a cámara lenta, tres larguísimos, dos pases de pecho ligados y un final por bajo de cartel. Profundidad, rotundidad y maestría. Gran faena de Julián, que sin embargo terminó pinchando y fallando con el descabello. El sexto fue otro toro bueno. Mejor pareció en manos de Juli, que lo templó en los medios. Se gustó al natural el madrileño, que fue a más, sobre todo al natural, a cámara lenta. Tirando siempre de la embestida, los muletazos ligados fueron fluyendo despacito, despacito. Con el toro a menos, la faena fue a más y Julián ligó muletazos con remates, pases de pecho entre sí, dos circulares ligados como un único muletazo. Gran tarde de Juli. Pelea ganada. Victoria de la Fiesta y de lo que suponía la corrida de hoy.
“José Tomás y El Juli: el espectáculo de dos grandiosas tauromaquias”. Por Zabala de la Sena (ABC)
Juli anda sencillamente magistral, en plenitud, dueño de un toreo en el que no cesa de profundizar y crecer como un gigante con pies de plomo, cabeza gallista y muñeca de oro. Salvo el cuarto (y luego el sexto), bueno de veras, todavía mejor en manos de un Juli que firmó una maravillosa e inolvidable faena. De antología o rabo, de no pinchar. Julián López se inspiró con el capote en un quite por chicuelinas y una tafallera que desprendió un sello personal al exprimir al toro en un viaje inacabable que rubricó con una larga de cartel de toros ligada a una revolera descomunal. Las dobladas previas fueron tan educadoras como interminables en su longitud y profundidad. Enseguida se puso a torear. Acinturado, despatarrado, encajando el mentón en la pechera en soberbias tandas de redondos cuajadas en un palmo de terreno. Cada vez fue bajando más la mano hasta arrastrar la muleta una cuarta por la arena y romperse y vaciarse en cada muletazo, que venía enganchado por delante con un ritmo y un compás de cante jondo. Cosió la izquierda a un cambio por detrás e hizo que la embestida zurda se tornase más larga de lo que realmente era, también en unos naturales de inteligencia superior, tras aguantar un parón, que rubricó la obra de arte otra vez con derechazos hundidos en su propia grandeza. Enfrió demasiado a la gente un pinchazo, porque aquello, incluso a pesar de los dos posteriores descabellos, bien hubiese valido una oreja. Ayer El Juli tuvo la suerte a favor, y no es desdoro ni demérito decirlo: el sexto también fue un buen toro, aun lejos de la transmisión del anterior. La faena fue buena, pero ya más dentro de la normalidad, sin arrebatadoras excelencias. El torero de Velilla de San Antonio no sostuvo ayer su contundencia con la espada y cogió media estocada tendida que necesitó del refrendo del verduguillo. Sumó otro trofeo que valía para abrir la puerta grande, pues con su primer toro, muy descastado, había conquistado otro con una faena importante, por encima del material que moldeó con su sapiencia a su antojo.
“Ad mariorem dei gloriam”. Por CRV (Mundotoro)
El más fiera de la tarde, El Juli, portento de capacidad y valor y profundidad…Tomás puso mucho pero tuvo a las fieras en contra. De la tarde, por encima de todo, la faena de El Juli al cuarto toro. No orejeada por pinchar, pero maciza, redonda, compacta y honda. Uno de esos toros de Zalduendo que de salida parecen no ser nada, incluso mostrando desapego a la raza y que, muy bien toreado y lidiado por El Juli, con un quite toreando casi en redondo con el envés del capote, guardó energías para una faena de muleta con una apertura en la que el toro sólo vio tela y nada más que tela. Enseñado el camino, la distancia y la muleta por delante comenzaron a surtir efectos. Dos tandas con la mano derecha largas y por abajo, espatarrado, compás abierto y roto el torero dijeron mucho, y otra más iniciada con un cambio de mano. Tuvo menos final el toro por el lado izquierdo, pero aún así surgieron naturales muy largos y rotundos, y valor en parones y otra tanda más a derechas maciza y profunda antes de un cierre rodilla en tierra y los pinchazos. Esta fue la faena de la tarde al toro de la tarde. En orden opinativo, de las de El Juli, la segunda mejor fue la que hizo al segundo de la tarde, toro de fondo justito al que quitó majestuoso y ceñido por tafalleras y con el que, muy metido encima, exprimió despacio, lento, paciente. Todo eso sin haber mencionado que manejó bien el capote a la verónica como bien lo hizo con el sexto, toro de menor profundidad pero bueno con el que El Juli tiró de pasión, de raza, de ese toreo racial que mezcló tandas muy ajustas con circulares, redondos, ceñimientos y mezcla de toreo en natural y contrario con una facilidad insultante.
“El Juli gana el pulso a José Tomás”. Por Patricia Navarro (La Razón)
Lo bordó en un variado quite al cuarto y le llegó la inspiración en el trasteo de muleta desde los albores. Era El Juli. Un torerazo que «rompió» al toro por abajo en derechazos con la mano por los suelos y arrastrando la muleta. Todo un deleite. Hubo rotundidad también al natural e improvisación al final de las series. Verdadera profundidad en un toreo roto, que comenzaba muy adelante y acababa, de forma magistral, mucho más allá de la cadera. Y un buen toro. Tras dos buenos pares de banderillas, se desmonteró Carretero en el sexto, un animal que cumplió con nota en el último tercio. El Juli cosió tandas de derechazos en un palmo de terreno y lo mismo logró al natural, en un recital de muletazos largos, plásticos y hondos. Se recreó en los circulares que acabaron de conquistar al público. El Juli ganó el pulso a José Tomás ante el lote más propicio de la tarde. Cuajó las faenas más rotundas. Pero, más allá de los trofeos, ganó la Fiesta, que está más viva que nunca y único motor de este festejo.