Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
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20/06/2007 | Alicante | Luis Francisco Esplá, El Juli, Talavante | Jandilla | Ovación y oreja con dos vueltas |
Alicante. Miércoles 20 de junio de 2007
Feria de Las Hogueras de San Juan. Casi lleno. Cinco toros de Jandilla y uno de Vegahermosa, lidiado en primer lugar.
Luis Francisco Esplá (de rioja y oro) palmas y oreja: El Juli (de salmón y oro) ovación y oreja con fortísima petición de la segunda y dos vueltas al ruedo); y Alejandro Talavante (de lila y oro) dos orejas y silencio
Lección magistral de El Juli. Por Zabala de la Serna (ABC)
La lección magistral de lidia de El Juli hoy la deberían proyectar ya en todas las escuelas taurinas de España. Lección equilibrada de raza, inteligencia privilegiada, temple superior. Siempre andamos con los manidos tópicos de que torear es algo más que pegar pases, y cuando viene uno que lo hace de verdad, que entiende un toro prodigiosamente, que le quita querencias, le ofrece distancias y se las varía en función de sus necesidades, que le saca el doble de partido del que ofrece, entonces no se premia justamente. Juli fue una maquinaria perfectamente engrasada para torear, un tío dispuesto a no quedarse detrás de sus compañeros con un quinto que hacía equilibrios en la cuerda floja de la duda: me rajo o no me rajo. Fabulosa también la brega de Carretero. Y fenómeno su matador, cuando le perdió un paso entre cada derechazo para no atacar, y cuando le atacó ligado y encajado con la mano por abajo vibró la plaza. Por dos veces se lo sacó a los medios cuando buscaba ya las tablas. Y después de rajarse definitivamente en una serie al natural todavía le duplicó la duración con un pulso y un gobierno soberanos, en redondos interminables. Incluso se le podría decir que se pasó un pelín de faena, pero en ningún momento para negarle la segunda oreja tras un espadazo. Dos vueltas al ruedo le obligaron a dar en reprimenda al obtuso palco.
Una caprichosa vara de medir. Por Rafa Carrión (mundotoro)
Curiosa forma de medir a los toreros, la que se ha visto hoy en la sexta de la Feria de Alicante. Y es que no se entiende la generosidad presidencial en la misma tarde de hoy como en otras de lo que llevamos de Hogueras. A lo largo de la feria hemos visto ejemplos de esta generosidad, generosidad que se torna en severa exigencia, incluso desmesurada cuando El Juli aparece en escena. Tanto es así que tanto en el reconocimiento matinal como después en la tarde, el rasero empleado no es el mismo con el torero madrileño. Y no se trata de pedir que le regalen nada, sino que le den lo que es suyo, lo que se ha merecido justamente en la plaza, tal y como ha demostrado hoy Julián. Y es que salió el segundo alegre y galopando y no se lo pensó el madrileño y le dio una larga cambiada y un puñado de buenas verónicas. También le echó las rodillas al suelo en el inicio de faena y demostró lo bien que se puede torear de rodillas. Sacó el toro a los medios y aprovechó la prontitud del toro en sus arrancadas y citó de lejos para torear con la derecha en unas magnificas series en las que intentó parar la velocidad del toro en cada muletazo y acompaño con la cintura la embestida hasta muy lejos. Sin embargo cuando cogió la izquierda, quiso seguir exigiendo al toro, bajándole la mano y el toro se resintió queriéndose rajar, pues buscó el camino de las tablas. A partir de ese momento, El Juli supo aprovechar la querencia del animal y remató su labor con circulares que desencadenaron la pasión. Mató de una gran estocada y pese a la gran petición del doble trofeo, el presidente solo otorgó uno, llevándose una fenomenal bronca, pues Julián ha cuajado una prodigiosa faena, la mejor de lo que llevamos de Feria.
El palco le quita la puerta grande a El Juli. Por José María Jericó (burladero).
De sus compañeros de cartel, destacó la actuación de Julián López 'El Juli', que debería haber salido a hombros tras una faena maciza y rotunda al buen toro quinto. Templado, con ligazón y mano baja, el madrileño cuajó a placer al toro, al que tumbó de una sensacional estocada. El público pidió los dos trofeos y el presidente sólo concedió uno, por lo que dio dos vueltas al ruedo. Mientras, con su primero, no tuvo opción.