El Juli, por la puerta grande de Las Ventas
Fecha |
Plaza |
Cartel |
Ganadería |
Resultados |
23/05/2007 |
Madrid |
Uceda Leal, El Juli, Manzanares |
Victoriano del Río |
Oreja con dos vueltas y oreja |
Madrid. Miércoles 23 de mayo de 2007
Feria de San Isidro. Lleno de “no hay billetes”. Seis toros de Victoriano del Río, el primero con el hierro de Toros de Cortés.
Uceda Leal (de turquesa y oro) oreja y ovación; El Juli (de burdeos y oro) oreja con fortísima petición de la segunda y dos vueltas al ruedo y oreja; y José María Manzanares (de azul y oro) ovación y oreja
El Juli salió en hombros.
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Jamás habráse perpetrado tamaño atraco a una perfecta faena. El Juli había interpretado el toreo. Encajado, profundo, ligado; soberbios el temple y el mando; perfecta la concepción de la obra, las tandas largas, la muleta a rastras, embarcando las embestidas por delante, la calidad recrecida. Todo a más, desde el principio más en línea con el toro para darle su tempo y su ritmo, para no reventarlo de primeras como luego, cuando crujió la cintura y conjugó la muñeca con la excelencia de los privilegiados, siempre por debajo de la pala del pitón. Una y otra mano convirtieron Madrid en el templo que de verdad merece ser, acallando ridículas y aisladas voces que sólo un bobo como el presidente Julio Martínez percibió. La execrable razón que le llevó a no conceder la segunda oreja es un misterio que debería contestar en un destino más adecuado que el palco de la primera plaza del mundo, en Siberia por ejemplo. La belleza de una faena sublime, un canon de diez sobre diez en la escala de la concepción del toreo, la ultrajaba un funcionario del Cuerpo Superior de Policía, cuya tarea es evitar robos, no cometerlos. Empataba Martínez al presidente Trinidad (que no sabe distinguir una vaca de un eral); don Trinidad hurtó la Puerta Grande a Julián López en 2006. Los que le justificaron argumentaban que había faltado una tanda más para reventar Las Ventas. ¿Y ayer qué falto? A ver, a ver, qué podemos inventar. ¿Que no estuvo bien en el resto de la lidia? No, porque El Juli midió al excelente toro en el caballo, lo quitó y lo puso en suerte a una mano con torería añeja. ¿Que la estocada se le cayó? Tampoco, unos centímetros pasado de la cruz el formidable cañonazo. ¿Qué, entonces? Yo lo sé: la estulticia contagiosa de quienes designan presidentes y delegados gubernativos a dedo para la Monumental de Madrid. Porque la estupidez se transmite con más rapidez que el virus del Ébola. Pero en Siberia se puede curar. No percibiría un cambio de mano de cartel de toros que se eternizó en un natural de museo o la tanda de más (por si acaso) que Juli cuajó en impecables redondos, embraguetado, ¿o se lo pasó lejos? Qué fabulosa cabronada.
Ahora dirán -una apuesta- que la oreja del caballuno quinto fue para compensar. Mentira. Fue faena de meterse mucho con el toro, de pisarle terrenos, de darle la distancia exacta, de sacarle más allá de lo que aportaba. Martínez, ni nadie, le regaló ayer nada a El Juli, que debió salir por la Puerta Grande (por primera vez en su carrera de matador) con tres orejas, como por la Puerta del Príncipe. Zabala de la Serna
Resumen de prensa
La perfección de El Juli conquista la Puerta Grande contra un presidente execrable. Por Zabala de la Serna (ABC)
El Juli se consagra como Maestro en Las Ventas, pese al robo del palco. Por Mario Juárez (burladero.es)
Torero señor, señor necio. Por C.R.V. (mundotoro)
Un grandioso Juli conquista su Madrid. Por Juan Posada (La Razón)
El Juli, a hombros en corrida de pasión. Por Barquerito (Colpisa)
Inapelable cátedra de El Juli. Por Juan Antonio del Moral (Periodista Digital)
Un gran Juli por la Puerta Grande con el presidente en contra. Por Juan Miguel Núñez (EFE)