Valencia: El Juli se enfrentó a un lote de Miuras infumables

VALENCIA. Jueves 20 de julio de 2006

 Feria de Julio. Dos tercios de Plaza. Cinco toros de Herederos de Eduardo Miura, infumables. Múltiples complicaciones aparte, 1º y 4º al menos dejaron estar un poco más; 3º, 5º y 6º nulos de posibilidades, sin recorrido, con la cabeza por las nubes y buscando a los toreros. Un toro, como sobrero, de El Serrano, lidiado en segundo lugar, que tomaba muy bien los engaños, con recorrido, pero siempre rematando por arriba y sin entregarse demasiado.

Uceda Leal (de grana y oro); Silencio y sielncio: Dávila Miura (de verde botella y oro) Ovación y leves pitos; y El Juli (de corinto y oro) Silencio y pitos

 Una corrida de Miura de los que tres toros pidieron una lidia a la antigua, de andarles por la cara y matarlos. A la antigua, lejos de la lidia moderna a la cual los públicos actuales están acostumbrados. Por eso, los toreros intentaron ponerse y sacar pases, algo imposible si tenemos en cuenta un recorrido, una entrega o una humillación nulos.

 El sobrero de El Serrano, opuesto en todo a los agalgados y finos toros del legendario hierro, fue el único que deparó lo que el público esperaba de un toro: obediencia, recorrido y tomar el engaño con nobleza, aunque tuviera el negativo matiz de no humillar y entregarse lo justo. Lo demás, fue una corrida infumable.