Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
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13/07/2006 | Pamplona | El Juli, Miguel Ángel Perera, Ambel Posada | Fuente Ymbro | Ovación tras petición y palmas |
PAMPLONA. Jueves 13 de julio de 2006
Feria de San Fermín. Lleno de “No hay billetes”. Toros de Fuente Ymbro. Excesivamente voluminosos (cuatro superaron los 600 kilos), salvo el tercero y el primero, el toro de la alternativa de Posada, más armónico, que finalmente resultó el mejor del encierro.
El Juli (de corinto y oro) ovación tras petición y palmas; Miguel Ángel Perera (de verde botella y oro) ovación y silencio; y Ambel Posada, que tomaba la alternativa, (de rioja y oro) silencio y silencio
“A El Juli le funcionó toda la maquinaria -cabeza y corazón- con el mastodóntico segundo, de casi 700 kilos. Perfecto Julián López en el planteamiento por el pitón izquierdo, en la altura y en el temple, en el asentamiento. Tanto que le hizo romper a embestir por el derecho. Una embestida sin clase y bruta. Pudo ser de oreja. O debió serlo. El palco no estimó mayoría y Juli desestimó una vuelta al ruedo que hubiera sido de ley. Menos clase aún tuvo el cuarto, un zambombo de poca cara pero no poca guasa. La firmeza ante dos o tres «recados» de la mole no todos la percibieron”. Por Zabala de la Serna (ABC)
“El Juli y Miguel Ángel Perera protagonizaron labores muy firmes, plenas de entrega y en un ejercicio constante de encontrar la medicina necesaria para conquistar el éxito. Nunca llegó, pero sus faenas dejaron el poso del interés, de la inteligencia y del entendimiento con los ejemplares que tenían en frente”. Por Patricia Navarro (La Razón)
“La ciencia de El Juli hizo mucho mejores a dos toros deslucidos por mansurrones y descastados. Toros de volumen, pero y feas hechuras, que se movieron poco y con la cara alta. El segundo terminaba siempre el muletazo por arriba y el torero supo siempre acertar en distancias, cites a la altura del toro y muletazo tapándole la cara. Una faena de acierto y de sabiduría, que no pudo ser rematada bien con la espada porque el toro embrocó con la cara por las nubes”. Por CRV (Mundotoro)
Mustio paquidermo el primero que toreó con lúcido acierto y su proverbial resolución El Juli. Encajado El Juli, firme por las dos manos, trató de hacer pasar por el aro todo el volumen del elefante. Y hasta le pegó dos circulares. En la media altura mandó El Juli. Por debajo se rendía y claudicaba el toro con mansa desgana. La forma de taparlo El Juli fue sabia. Los de pecho al hombro contrario y uno de pitón a pitón en el remate de faena llevaron sello de torero bueno. Media estocada trasera y atacando con el brazo por delante. Pasando entre aquellos dos cargantes colmillos. Un descabello certero. Fue toro con fijeza. No un mochuelo.
El cuarto salió basto, atocinado. Ningún trapío. Buque de desguace. Un tranvía. Lo templó despacito El Juli en el saludo de capa. Siete lances de ganar terreno, dibujar y marcar por abajo, media a pies juntos y una revolera. Por delante en dos tirones se salió El Juli a los medios, pero se negó el toro, que reponía. Fardo de flete, mostrenco el toro. Pensó con rapidez El Juli, no dejó al toro ni ver si estaba la plaza llena o merendando, o las dos cosas a la vez. Los que comían callaban. La inmensa mayoría. Sin la menor retórica, dispuso El Juli del toro, que estuvo a punto de pegarle una cornada la única vez que el torero le abrió un hueco. Un desarme, porque el inmenso cachalote se cansó de repente de trabajar. Para buscar la igualada, El Juli dibujó con categoría muletazos de pitón a pitón excelentes: por fondo y por forma. “El Juli despacha con facilidad dos gigantes de Fuente Ymbro”. Por Barquerito (Colpisa)