Aguascalientes: Gran triunfo de El Juli, que abrió la puerta grande

AGUASCALIENTES (México). Sábado 29 de abril de 2006

 Lleno de “No hay billetes” en la 5ª de la feria de San Marcos. Seis toros de Santa Bárbara, al sexto se le premió con la vuelta al ruedo.

Zotoluco (de blanco y oro) palmas y división; José María Luévano (de verde manzana y oro) palmas y palmas; y El Juli (de verde botella y oro) pitos y dos orejas

El Juli salió en hombros

Por Juan Antonio de Labra (Burladerodos)

 El toro galopó con franqueza a los capotes de los banderilleros, y el torero madrileño se plantó en el tercio para torear a pies juntos, tal y como le gusta hacerlo en México. Los lances tuvieron tersura y el remate, otra vez una media verónica, fue el mejor aperitivo de lo que vendría a continuación. El quite por chicuelinas antiguas, de manos bajas y armoniosos giros, también despertó una gran ovación. Entonces tocaron a muerte, y Julián estaba deseoso de cuajar al toro. En el fondo, todo mundo estaba esperanzado de que así sucediera. Al principio de la faena Julián trató de someter aquella bravura seca, y derribó al toro. Entonces se dio cuenta el grado de poder que debía imprimir y fue construyendo series profundas, de mano baja, con redondos largos que abrochaba con largos pases de pecho. También los ayudados -soplaba un poco el viento- tuvieron mérito. Y la gente fue entrando en un trasteo de menos a más, vibrante. La casta del toro era significativa, y ahí estaba delante un torero con la madurez y el sitio suficiente para hacerle lo que pedía. ¿Por qué a veces las figuras rehuyan los toros bravos si atesoran la capacidad de torearlos tan bien? No se entiende. Aquí, la bravura de “Maritornero” puso la chispa y Julián la entrega. Ambos se fusionaron y sobrevino el triunfo.