Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
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02/04/2006 | Olivenza | Rivera Ordóñez, El Juli, El Cid | Victorino | Ovación y silencio |
OLIVENZA (Badajoz). Domingo 2 de abril de 2006 Con la plaza totalmente llena, se han lidiado seis toros de Victorino Martín, de los que destacó el tercero por su buen juego y en el aspecto negativo el quinto, imposible. Rivera Ordóñez (de rioja y oro) silencio y pitos; El Juli (de verde botella y oro) ovación y silencio, y El Cid (de rioja y oro) dos orejas y silencio. El banderillero Emilio Fernández, de la cuadrilla de El Juli, pasó a la enfermería tras caer de mala manera al callejón después de verse perseguido por el segundo toro a la salida de un par de banderillas. Le realizarán una exploración radiológica y podría sufrir una lesión de ligamentos en la rodilla. Por Mundotoro Por Juan Ángel (Diario HOY) El quinto era otro regalo con cinco años, con solera como si dijéramos, pero avinagrado. Empujó bien el toro en el caballo la primera vez y cabeceó en la segunda. Por bajo se dobló Julián con él, lo sacó a medios y allí decidió el toro que no quería muleta, que prefería torero. Y a por él se iba sin el menor recato aunque tuvo el detalle de avisar de sus intenciones. El toro buscaba al matador por abajo, por arriba en corto, en largo, por las zapatillas, los muslos o la cintura. El torero no le dudo en ningún momento e hizo lo que se hace a los toros que no se pueden torear, lidiarlo. Sobre las piernas, por delante y sin perderle la cara el Juli no se dejó ganar la pelea. Tuvo mucho mérito, pero eso lo silenciaron. Estamos en época en que la lidia ya no se valora. Por Agencia EFE El Juli entendió al segundo tanto con capote como con muleta en una faena medida, valerosa, emocionante y aplaudida por la peligrosidad del bravo animal con el que provocó el clamor en la plaza. Con el quinto intentó buscar el triunfo, pero las malas intenciones del animal, evidenciadas en su brusca arrancada, no se lo permitió, y así lo vio el público que lo aplaudió. Foto: Mauricio Berho (Mundotoro)
El Juli ante el segundo realizó una actuación firme y muy solvente, pero que fue malograda por los repetidos pinchazos. Muy complicado el quinto, el madrileño anduvo muy profesional lidiándolo sobre las piernas, en un trasteo de mucho mérito y valor, también frustrado con los aceros.
El lote de El Juli tuvo poco que aprovechar pero el madrileño las exprimió sin dudas y dándoles la lidia que merecían en cada momento. El segundo, un cinqueño abrochado de pitones lo sacó hasta medios toreándolo por delante para lucirse luego en tres chicuelinas al quitar del caballo. Con la muleta le dio sitio, lo provocaba con la voz , lo llevaba muy tapado con la muleta pero se le quedaba corto. Tocándolo al pitón contrario logró sacarle dos tandas de naturales en los que se intercalaban unos de largo recorrido con otros sin limpieza, pero jamás le dudó al toro al que despachó de cuatro golpes de espada y descabello. Lo ovacionaron merecidamente.