Crónicas

Crónicas de Julián López

Brillante tarde de El Juli en Motul

Fecha Plaza Cartel Ganadería Resultados
03/02/2006 Motul Rafael Ortega, El Juli, Alejandro Amaya Los Encinos Ovación tras petición y ovación

MOTUL (México). Viernes 3 de febrero de 2006


 Con casi lleno en los tendidos se han lidiado toros de Los Encinos, desiguales de juego.


 Rafael Ortega, ovación y ovación; El Juli, ovación tras petición y ovación; Alejandro Amaya, oreja y ovación.


 Los astados deslucen una tarde en que “El Juli” ofrece su arte.


 "El español es una figura consagrada, al que el arte le brota por los poros, como lo hizo sentir ayer en la Monumental Avilés de Motul, donde ofreció una de sus mejores actuaciones de los últimos cuatro años, pese a que de nuevo se fue sin trofeos.


 Tanto Amaya como “El Juli” se esforzaron de más con el descastado encierro de Los Encinos… 


 Un mago con el capote


 Es cierto que el matador español no tocó pelo, pero la diferencia con ocasiones anteriores es que fue notable que quería brindarse y bordar su mejor arte para salir triunfador. Se notó desde que salió Payaso, con el que Julián López estaba decidido a ser la figura consagrada que es.


 Hizo magia con el capote, con el que midió la bravura de su enemigo, que no era mucha, por lo que lo cuidó a la hora de la pica, un momento que sabía que era importante, porque era evidente que los astados de Los Encinos no traían mucha fuerza consigo.


 Su picador, también español, solamente marcó al astado, y eso le permitió al “Juli” sacarle buenas tandas por derecha y naturales, siempre pausados, con la idea de guardarle sus fuerzas. Llegó el momento de la suerte suprema, y ya la historia fue otra, porque Julián mató con un “bajonazo”, que él mismo sabía que no merecía ningún trofeo, aunque el público lo pidió con insistencia. Se mereció la salida al tercio.


 Ante Trovador, el español de nuevo le sacó lo que pudo al animal, que no mostraba mucho, pero se metió en sus terrenos y le sacó las tandas, igual con el cuidado de no agotarlo. Ya cuando se tiró a matar, lo pinchó y se resintió de la mano derecha, pero luego mató con una estocada en buen sitio.


 En resumen, “El Juli” se fue sin trofeo, pero no hay duda que dejó un muy grato sabor de boca." Por Hérbert O. Martínez Fuente (Yucatán.com)

Compartir en facebook Compartir en twitter