Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
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27/07/2005 | Santander | Miguel Abellán, El Juli, Salvador Vega | El Pilar | Palmas y silencio |
SANTANDER. Miércoles 27 de julio de 2005
Plaza de toros de cuatro caminos. Lleno de “No hay billetes”. Seis toros de El Pilar, de los que sobresalieron los toros que abrieron y cerraron el festejo.
MIGUEL ABELLÁN (de caldera y azabache) OVACIÓN Y SILENCIO
EL JULI (de berenjena y oro) PALMAS Y SILENCIO
SALVADOR VEGA (de blanco y azabache) SILENCIO Y OREJA
Por Juan Posada (La Razón)
El Juli demostró que ha entrado en un estadío en el que domina con gracia y soltura la mejor técnica; dio una lección de ella en sus dos toros.
El Juli, con el segundo, que hizo cosas muy extrañas con el capote, muy bien en la lidia. A la salida del primer puyazo, sin hacer caso del engaño, el animal arrolló de mala forma al banderillero Alejandro Escobar, por suerte sin consecuencias. La labor de El Juli, de torero consciente, enterado y, por supuesto, valiente. Comenzó con pases por bajo muy suaves, sin quitarle la muleta de la vista, y así en varias series, diestras y zurdas, en todo momento cruzado al pitón contrario y con dominio de la situación. Faena seria y técnicamente perfecta que describe la madurez de El Juli.
Con el quinto, un toro noble y bobalicón, estuvo muy bien en la lidia con el capote, ya que embestía con bondad pero sin fuerza. Realizó un excelente quite y dos remates, preciosos. Lo sacó fuera con la muleta con mucha suavidad, pero se vio que la res no aguantaría. Templó con la derecha en dos series sin mayor réplica del personal al no haber emoción. No obstante, algunos muletazos por naturales resultaron bonitos pero insuficientes para calentar el cotarro. Labor de torero muy hecho, sobrado, que no pasó en ningún momento aprietos, pero que tampoco llegó a la gente, aunque fue ovacionado por la pulcritud de sus acciones.
Por CRV (Mundotoro)
No se porqué me acordé de Rincón viendo la percepción distante de la faena de El Juli a un colorado que se había llegado por delante espectacularmente a Alejandro García, sin herirlo de milagro. Toro incierto, que probó, que nunca fue metido en los engaños, que repuso las embestidas y que sólo por la forma de lidiarlo con el capote, de andarle, citarle y robarle pases, merecía la pena gastar las manos en alguna palma. Lidió El Juli con el capote, sobre las manos y las piernas al quinto de forma ejemplar, hizo un quite de filigrana y al salirse andando con la muleta hacia fuera dejó un trincherazo que duró lo suyo. Fue este toro de buena condición, mimado a la perfección por el picador y por Carretero (tres pares, tres capotazos) y sólo su falta de raza le hizo doblar manos y venirse abajo. Lo sobó mucho el torero, pero ni hubo paciencia en el público ni el toro iba a ser agradecido.
Por José Antonio del Moral (Andalucia.net)
El Juli" – extraordinariamente suelto e inteligente como lidiador frente a dos ruinosos animales a los que tanto con la capa como con la muleta sacó lo poco que llevaban dentro
Por Santos García Catalán (Burladerodos)
El Juli anda a gorrazos con los toros; la técnica y la facilidad con que anda en la plaza denota a un torero maduro y cambiado, donde se nota la influencia de Roberto. Su primero, un castaño alto de agujas y mal picado, arrolló a Escobar y lo llevó entre los pitones durante unos segundos terribles; una costura en la taleguilla y de nuevo al tajo. El animal resultó complicado y en la muleta Julián le dio suavidad, pero había mucha blandura y la acometividad se la había dejado en el jaco. Por ello, y para no incordiar, el torero abrevió y tras un pinchazo el toro se echó. La presidencia autorizó que lo apuntillaran ya que el animal no estaba para levantarse.
El quinto fue un toro de mucha clase y así lo entendió El Juli que brindó al público. Pero la total falta de fuerzas le impidió ejecutar cualquier atisbo de faena. Julián intentó desde lejos y desde cerca, pero fue inútil.
Por José Luis Suárez Guanes (ABC)
El toro cogió de mala manera al peón Alejandro Escobar, aunque sin causarle daño aparente. El astado sacó genio y lo hizo valer en el tercio de banderillas, pero en la muleta se aplomó y Julián, con coraje, le sacó los pases que tenía demostrando su madurez. En el quinto se lució en una mezcla de caleserinas y esos lances que ejecutaba en sus primeros tiempos. Se lo sacó a los medios con precisión y torería. Dio sitio a la res, puso matices de pinturería y anduvo con gusto. Faena de mérito y por encima de las condiciones del antagonista, aunque no pudiese nada más que apuntar el toreo fundamental.
Fotos: Mauricio Berhó (Mundotoro)