Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
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20/07/2005 | Valencia | César Rincón, El Juli, El Cid | El Pilar | Silencio y dos orejas |
VALENCIA. Miércoles 20 de julio de 2005
Feria de julio. Algo más de tres cuartos de entrada. Toros de El Pilar, al tercero se le premió con la vuelta al ruedo
CÉSAR RINCÓN (de blanco y oro) SILENCIO Y DOS OREJAS
EL JULI (de grana y oro) SILENCIO Y DOS OREJAS
EL CID (de corinto y oro) DOS OREJAS Y OREJA
Por Agencia EFE
Faltaba todavía "El Juli" en el quinto. Toreo de raza, que no quiso quedarse atrás. Y desde la larga cambiada en el tercio a la media estocada, lección también de pundonor y torería. Lances a pies juntos, quite por caleserinas con gaoneras, y faena de muleta de mucho arrebato y temple. Trincheras en la apertura y toreo al natural de mano baja, firme y sentida, pero sobre todo de mano baja, tan baja como para llevar media muleta arrastrando por el suelo.
"El Juli" aportó los últimos momentos de pasión a la tarde abundando en el toreo por la derecha, un circular lentísimo por detrás ligado a un cambio de mano y, sin solución de continuidad, natural como remate. Lección también de técnica, siempre en la distancia y a la velocidad adecuadas. Y con muchas y alegres improvisaciones sobre la marcha, como el afarolado, el obligado de pecho y otro del desdén. La locura en suma. Dos orejas también para "El Juli", que cerraba así la apoteosis redonda.
Por Zabala de la Serna (ABC)
El Juli se creció con el quinto y conjuntó, enmacizó y ligó el mejor toreo al natural de la tarde. No el más plástico, pero sí el más profundo. Templado pero mordiéndose toda la casta de figura, sin querer quedarse atrás en ningún momento. Buen toro también, y los naturales de Juli sumergiéndose en una fecha en la que no habían abundado las zurdas con hondura.
Por Barquerito (El Correo Digital)
Ese quinto no fue ni de lejos como el cuarto o el tercero. Tuvo impulso bueno por la mano izquierda, pero después de una segunda tanda de mucho someter, al toro se le apagó el motor. Por la derecha, no humilló, ni repitió. El Juli lo metió en la muleta con genuina maestría, le ligó tres tandas de hasta cinco muletazos por abajo sin enmienda y dispuso del toro no a su antojo pero sí a placer. Lo mató de media sin puntilla.
Por Mundotoro
Las lanzas se tornaron cañas en el quinto, al que cuajó de forma extraordinaria con la mano izquierda, dejando los mejores muletazos del festejo.