Crónicas

Crónicas de Julián López

San Fermín: El Juli corta una oreja en Pamplona

Fecha Plaza Cartel Ganadería Resultados
13/07/2005 Pamplona Dávila Miura, El Juli, Miguel Ángel Perera Fuente Ymbro Oreja y palmas

PAMPLONA. Miércoles 13 de julio de 2005

Galería fotográfica

Sólo el único mal toro de la corrida impidió el triunfo redondo de un “El Juli” magnífico

Feria de San Fermín. Lleno de “no hay billetes”. Seis toros de Fuente Ymbro, manejables a excepción del quinto, que fue el peor de la corrida y que también resultó muy flojo.

DÁVILA MIURA (de verde y oro) VUELTA Y OVACIÓN
EL JULI (de azul añil y oro) OREJA Y PALMAS
MIGUEL ÁNGEL PERERA (de verde hoja y oro) OVACIÖN Y OREJA

”Cumbre El Juli”. Por José Antonio del Moral (Andalucía.net)

El madrileño dio un curso completo de lo que es torear a dos toros completamente distintos.
Al respecto de ello, quien más se mereció triunfar por partida doble y hasta triple fue "El Juli" por dar un curso de bien torear desde su posición de máxima figura en trance de serlo y ejercerlo con todas sus consecuencias. Dejando aparte la injusticia que supuso que la presidencia sólo le concediera la oreja de su primer toro y que la mayoría de los presentes ni se enteraran de lo extraordinariamente bien que anduvo con el mal quinto – el peor de la corrida –, la actuación de Julián López fue tan contundente como científica. No se puede estar más entregado desde la cátedra y al tiempo con mayor claridad de ideas. Labor profesoral sobre cómo exprimir maravillosamente bien – intensa ligazón, suprema firmeza y exquisito temple - por el único pitón bueno que tuvo el segundo toro - el derecho - con añadida entrega al matar. Y, luego del primer recital, otra faena que muchos no entendieron – la mayoría – pero yo entre muy pocos sí por lo que doy a gracias a Dios por haberme dado la capacidad de saberlo apreciar y a "El Juli" por haber sacado tan increíble partido de un animal que apenas embistió rebrincado o quedándose corto por su escasa fuerza que, unida a su casta, lo convirtió en complicado. Con éste, el arma de "El Juli" fue templarle exquisitamente todas y cada una de sus arrancadas sin dejarse enganchar nunca ni permitir una sola vez que el bicho le ganara la acción o le sorprendiera. Y encima, muy bien con los aceros. Esto lo hace "El Juli" en la Maestranza de Sevilla y la gente se le pone en pie.


Por Juan Posada (La Razón)

El Juli ofreció lo mejor de su nueva faceta, iniciada la pasada temporada, y que parecía que en esta declinaba. No le pesaron los años que lleva en candelero.
El Juli lanceó a pies juntos al segundo desde el principio. El quite, con el capote a la espalda, ceñido y variado. Se le notaban los deseos de triunfo. Faena sobria, sincera y arriesgada, ya que el toro, manejable, no era un borrego precisamente. El inicio por trincheras, ganándole terreno y dominando. No dejó de ofrecerle el engaño en todo momento, incluso en el primer natural, por donde el toro se acostaba. Puso su técnica, cimentada en un valor inteligente. Ligó tandas a costa de no permitir que el animal percibiera nada más que la tela roja, hasta lograr limarle las aristas de genio que tenía. Improvisó dos molinetes y un farol, propios de novillero con ansias de triunfo. Ésa fue la sensación que dio, y lo que ganó a un público en principio un tanto severo con él. La estocada final, volcándose, convenció.
También mató con decisión al flojo quinto, al que apenas pudo completar faena por mucho que se lo propuso. Tras el primer puyazo salió derrengado del caballo y después del siguiente se vio con claridad que no respondería en la muleta. El Juli lo intentó con autoridad, pero entre que el toro no tenía demasiada arboladura, ni tampoco acometividad, apenas tuvo eco en los tendidos. Se volcó con la espada y, aunque tuvo que descabellar, finalizó con facilidad.


Por Paco Romera (Mundotoro)

El Juli ha sometido por abajo al buen 2º, un toro grandullón con fijeza en las telas y un importante fondo de nobleza. Faena compuesta, argumentada con relajo y engarce entre los muletazos, realzados por la colaboración de un toro muy repetidor. Con la espada, Julián López ha estado como un cañón: dos estocadas, otros dos toros patas arriba. En el impresentable 5º, las cosas no podían pasar a mayores porque el claudicante torillo se ha parado y El Juli, con evidente buen criterio, abreviaba.


Por Zabala de la Serna (ABC)

El Juli entendió muy bien al enorme jandilla de Fuente Ymbro que le tocó en suerte, justo de fuerza y poder, con nobleza. En unas caleserinas perfectas inició la captación de atenciones, midió el castigo y, tras un torero principio de faena, toreó asentado, ligado y templado sobre la mano derecha, sin atacar demasiado y esperando la embestida con la muleta un poquito atrás.

Foto: Mauricio Berhó


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