Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
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06/08/2005 | El Puerto de Santa María | César Rincón, Morante de la Puebla, El Juli | Parladé | Oreja con petición de la segunda y ovación |
EL PUERTO DE SANTA MARÍA (Cádiz). Sábado 6 de agosto de 2005
Galería Fotográfica
Con los tendidos casi llenos se ha lidiado un encierro de Parladé
CÉSAR RINCÓN (PITOS Y OVACIÓN)
MORANTE DE LA PUEBLA (BRONCA Y OREJA)
EL JULI (OREJA CON PETICIÓN DE LA SEGUNDA Y OVACIÓN)
Una oreja para la maestría de El Juli. Por Francisco Orgambides (Diario de Cádiz)
Rodó cuesta abajo la tarde con los dos primeros toros y fue El Juli el que la salvó, hecho un torerazo, en el tercero. A partir de ahí se enmendó la cosa.
Si me permiten que altere el orden de los factores tenemos que empezar hablando de El Juli con el tercero de la suelta. Dio la medida de lo que se espera de una figura en su primer toro. El astado se emplazó de salida y salió suelto de los lances hasta que El Juli arrancó la primera ovación de la tarde lanceando a pies juntos.
Esa predisposición fue la clave: ordenó dosificar el puyazo y quitó por chicuelinas estático y ceñido confiando en el toro y su nobleza hasta el punto de que lo brindó al , hasta ese momento, enfadado público, que se había llevado un disgusto con los dos primeros toros.
Su faena fue corta pero intensa, con torería y muy cerca de los pitones. El toro había esperado en banderillas y tuvo nobleza aunque corto recorrido, quedándose debajo de la muleta de un impávido Juli. Resolvió el matador las carencias de este "Sarraceno" muy cerca de la cara del toro, ligando las medias arrancadas con oficio, técnica y solvencia. Muy bien el Juli por los dos lados en una faena creciente, siempre con la muleta tapando al toro y ligando muy en corto. Así sacó partido de las medias embestidas muy profesional, muy centrado y muy torero. Una oreja de ley tras la estocada sin puntilla.
Tenía entreabierta la puerta grande pero su segundo y sexto de la suelta no le dio opciones. Reservón, midiendo y con sordo peligro, terminó por achantarse parado y a media altura, sin clase ni entrega ante un Juli porfión y decidido, que falló al matar. El torero se fue por su pie de la plaza pero con el cartel caro.
Oreja para Juli. Por Luis Rivas (El Puerto Información)
Saltó el tercero y la corrida se vino arriba. El Juli se gustó con el capote en tres verónicas y media. Levantó pronto el palo el picador por orden de su maestro y Julián lo llevó al mismo platillo construyendo un quite por chicuelinas, bellísimas de ejecución, enroscándose capote y toro. Fue el prólogo de una faena de muletas donde el torero lo hizo todo, aunque un animal que se vino abajo. Las tandas sobre ambos pitones y unos redondos completos donde la inteligencia, la seguridad y el valor fueron suficientes para que el público se le entregara tras un arrimón, donde los pitones se les expuso a escasos centímetros de la taleguilla. Con el último, que embestía con la cara alta, hizo una faena de dominio y poder.
Decisión de El Juli. Por Pepe Reyes (La Voz de Cádiz)
Obtuvo similar trofeo El Juli, una de las orejas con más peso de las que se han otorgado esta temporada. Su decisión ya quedó patente en las apretadas verónicas y su ceñida media inicial. Con el toro de más recorrido y casta del encierro obsequió al aficionado con un trasteo valiente, estoico y verdadero, aguantando parones escalofriantes y aviesas miradas. Pasaportó al animal de fulminante volapié.
Responsabilidad. Por Álvaro Acevedo (Mundotoro)
El Juli le extrajo con sacacorchos todos los muletazos posibles y alguno más al tercero, noble pero de muy poco fondo y que se paró casi al principio de faena. El madrileño se arrimó muchísimo, mató de una rotunda estocada, y como de capote había toreado fenomenalmente a la verónica y en un quite por chicuelinas, cortó una merecida oreja. También estuvo valiente con el sexto, y muy dispuesto, pero el toro, de poca entrega y acometiendo a media altura, le impidió redondear la tarde.
Foto: Mauricio Berhó