Crónicas

Crónicas de Julián López

ARANJUEZ: EL JULI, POR LA PUERTA GRANDE

Fecha Plaza Cartel Ganadería Resultados
30/05/2005 Aranjuez Ponce, Morante de la Puebla, El Juli Daniel Ruiz Oreja y oreja

ARANJUEZ (Madrid). Lunes 30 de mayo de 2005

El temple de El Juli

Plaza de toros de Aranjuez. Lleno absoluto. Cinco toros de Daniel Ruiz y un sobrero, el segundo, de Antonio San Román. Muy noble aunque soso el primero, con movilidad el segundo, mirón y sin rematar las embestidas el tercero, novilísimos y con clase los lidiados en cuarto y quinto lugar, y con buen aire pero muy parado el sexto.


ENRIQUE PONCE (de grana y oro) Silencio tras aviso y dos orejas tras dos avisos
MORANTE DE LA PUEBLA (de corinto y oro con remates negros) Silencio y dos orejas tras aviso
EL JULI (de berenjena y oro) Oreja y oreja

Los tres toreros salieron en hombros

Aun con el lote menos potable, el temple de El Juli. Mala suerte tuvo en el sorteo, sin duda, pero dada la capacidad del joven maestro le sirvió un toro que engañaba y otro que apuntaba pero que salió sin gas del caballo. Posiblemente los dos toros menos potables de una corrida noble de Daniel Ruiz. Y con dos toros magníficos, los lidiados en cuarto y quinto lugar, que permitieron desplegar sus respectivas tauromaquias a Ponce y Morante. El primero de El Juli ya marcaba su futuro comportamiento al tomar el capote de El Juli, siempre punteando, rematando por arriba y pidiendo que le hicieran bien las cosas. Y ahí estuvo el torero madrileño, quien llevó una lidia muy precisa, incluyendo un quite por estatuarias chicuelinas. El toro tenía, eso sí, más movilidad, y Carretero lo aprovechó para lucirse con las banderillas en dos pares muy meritorios.
El Juli entendió al toro de forma cabal y tapó defectos con la dificil facilidad. No se arrugó ni quiso mostrar las miradas del toros, y siempre lo llevó hasta el final del muletazo tratando de corregir una embestida muy irregular. Firme de plantas y de colocación perfecta, Julián lo toreó por ambas manos, consintiéndole al principio para luego atacarle un poco más. Faena de buen torero, muy conocedor de las características del animal. Lo despachó de una estocada hasta la bola y paseó la primera oreja de la tarde.
Bien pudo venirse abajo ante el sexto al ver como éste no continuaba con el magnífico juego de los dos toros anteriores. Cierto es que el toro tenía buen aire, pero también no demasiada raza, y por eso se vino abajo enseguida. Pero Julián no cedió. Y ya con el capote le instrumentó un gran recibimiento, con hondas verónicas y tres luminosas y artísticas chicuelinas rematadas con precioso remate. Brindó al público y aprovechó las pocas embestidas que el de Ruiz le permitió. Faena obligadamente corta pero muy sabrosa. Como en la primera tanda, con un cambio de mano que fue un auténtico cartel de toros. Citó con parsimonia para no hacer nada brusco y toreó con exquisito temple, y los de pecho resultaron perfectos. Se ajustó al toro, le recetó un gran circular y estuvo breve con la espada. Segunda oreja y puerta grande en una tarde de nota alta. Y la plaza, hasta la bandera.


Por José Miguel Arruego -Mundotoro-

Muy meritorias resultaron ambas faenas de El Juli, pues aunaron el temple necesario para no dejarse tropezar las telas y la firmeza suficiente cuando sus enemigos titubearon antes de tomar el engaño. Sus minuettos fueron coronados de dos efectivos espadazos que le permitieron abandonar el coso ribereño en unión de sus compañeros.


Por Rosario Pérez -Diario Abc-

También se volcó el público con El Juli, entregado de principio a fin. Con el tercero entusiasmó en dos series diestras, y luego, a izquierdas aguantó las miradas del burel. Como al toro le costaba pasar, se pegó un arrimón. La estocada, hasta la empuñadura, valió por sí sola la oreja. Otra más logró del sexto, tras una destacada actuación.

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