Crónicas

Crónicas de Julián López

Feria de San Isidro: El Juli muy por encima de su lote

Fecha Plaza Cartel Ganadería Resultados
15/05/2005 Madrid El Juli, César Jiménez, Matías Tejela Joselito Ovación y silencio

MADRID. Domingo 15 de mayo de 2005

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El Juli, en torero toda la tarde

Plaza de Las Ventas. Feria de San Isidro. Lleno de “No hay billetes”. Cuatro toros de Joselito-Martín Arranz y dos toros de Sorando, lidiados estos en quinto y sexto lugar.

EL JULI (de grana y oro) OVACIÓN Y SILENCIO
CÉSAR JIMÉNEZ –que confirmaba alternativa- (de celeste y plata) SALUDOS Y SILENCIO
MATÍAS TEJELA (de marino y oro) SILENCIO Y SILENCIO

El Juli lanceó al segundo de la tarde con limpieza, ajuste y temple. Muleta en mano se acopló desde el inicio con un toro que no transmitió. Pero El Juli estuvo técnicamente perfecto con él. Tanto con la diestra como con la zurda. Con la muleta en la mano derecha toreó con temple y bajando mucho la mano, y los cambios de mano por la espalda para rematar con el de pecho resultaron muy bellos. Así como los muletazos del desdén para rematar las tandas, con gran maestría y pasmosa facilidad. Con la franela en la izquierda, por naturales, dibujó dos o tres larguísimos, muy bien dibujados. No pudo haber emoción, pero sí disposición y naturalidad. Pinchazo y estocada para escuchar aplausos. Al cuarto de la corrida, toro cuajado, le enjaretó un buen quite por chicuelinas rematado con larga y profunda media. El toro sacó sosería y peligro, del sordo. Julián tapó defectos con la dificil facilidad, y le expuso sin que aquello pudiera transcender al tendido. A punto estuvo el toro de llevárselo por delante en un par de ocasiones, pero El Juli ni se inmutó, y siguió centrado y torero, muy por encima de su antagonista. Mató de una gran estocada y se retiró a tablas entre aplausos.


Por Rafael Campos de España (Mundotoro)

El Juli, vestido de corinto y oro, sin escatimar los golpes de sus bordados estuvo hecho un torerazo, tanto en su primero como en el cuarto, un toraco que se afanaba para coger al diestro y éste lo sorteó pero enseñándole la sangre de sus venas que hacía correr por ellas: Honor, amor y valor. Los públicos son a veces excesivamente exigentes y ahora exigen al joven torero, cuantas de lo que le dieron desde niño, que hoy en una temprana madurez aporta sin ningún regateo. Estuvo muy bien en sus dos oponentes pero en el manso cuarto se jugó la vida sin trampa ni cartón.


”El Juli recobra el tino”. Por Barquerito (El Correo Digital)

Las noticias mayores fueron dos. La primera, la confirmación de alternativa de César Jiménez, que se había hecho esperar tres años. La segunda, que El Juli ha recuperado con la espada el sitio, el tino y la confianza que tuvo durante sus primeras temporadas. A los dos toros los mató por derecho y de verdad. Al cuarto de corrida lo hizo rodar El Juli de una estocada formidable. Al otro, que fue al que mejor toreó porque fue el único de los dos suyos que consintió, lo pinchó dos veces antes de enterrar otra feroz estocada.
El Juli mató por delante un toro muy astifino y corto de cuello protestado por falta de trapío. El Juli dispuso muy bien de él. Con su autoridad tradicional y su sentido del toreo para someterlo a dosis justas. Cuando el toro escarbó, El Juli estuvo paciente. Y cuando no, también. Con la zurda lo dejó vaciado como si le hubiera dado la vuelta. Esta faena tan justa le gustó a la mayoría.


”Un milagro en el infierno”. Por José Luis Ramón (6toros6)

Por imposible que parezca, en una corrida que se vivió en los tendidos entre la indiferencia y la intransigencia, en el ruedo de Madrid se produjo un milagro. El milagro del temple en estado puro, la magia del toreo de mano baja a un toro violentillo que, pese a lo mucho que se le exigió, y a pesar también de su escasez de fuerzas, no llegó a caerse porque estaba siendo toreado con ritmo. Eso es el temple: darle fuerzas al toro que no las tiene (y quitárselas al que le sobran), yeso es lo que hizo El Juli en el primero de su lote, torearle con tan poderosa dulzura que el de Enrique Martín Arranz llegó a sentirse fuerte y seguro sobre la arena de Las Ventas. Casi nadie vio esta faena, unos porque habían ido a la plaza a "piñón fijo", y otros porque estaban mirando para otro lado.


”El buen gusto de El Juli”. Por Iñigo Crespo (Aplausos)

El Juli toreó con guapeza y hondura al natural. Lo hizo en el segundo de la tarde. Y lo hizo muy para él y para los que lo quisieron ver. Con ambiente a la contra desde la salida de su primer toro El Juli fue a lo suyo. Saludó con buenos lances de capa a un animal que derrochó nobleza pero no transmitió. La faena fue paciente y técnica. Basada en un muy marcado y exquisito temple y en un profundo toreo con la zurda. Faltó cierta continuidad pero hubo dos series de mucha armonía y altura. Algunos muletazos fueron largos, hondos y hermosos.
Sin duda faena muy para él. Para saborearla. Toda entera nacida de una sutiliza elegante. Se palpó la suavidad y la armonía. Propia de un inteligente torero. Y de una figura. Cobró una estocada tras un pinchazo. Faltó premio mayor.


Fotos: David Colado (Mundotoro)


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