El Juli en hombros por la puerta grande de Murcia

MURCIA. 16 de septiembre de 2004

Con más de tres cuartos de entrada se han lidiado seis toros de Fuente Ymbro, el cuarto fue indultado.

PEPÍN LIRIA de grana y oro (Palmas y dos orejas y rabo simbólicos)
EL JULI de verde esmeralda y oro (Oreja con petición y oreja)
MIGUEL ÁNGEL PERERA de azul añil y oro (Oreja y oreja)

Por José Ignacio de la Serna (mundotoro)
Con excelente juego de brazos recibió El Juli al bien hecho segundo de la tarde. Lo llevó al caballo por chicuelinas al paso y, una vez picado, le realizó un quite por saltilleras de gran exposición, rematado con una larga templada y torera. Comenzó la faena por abajo intentando prolongar la embestida de su enemigo, que se resistía a romper hacia delante y le costaba humillar. Lo sacó al tercio, más allá de la raya, y comenzó a torear en series de derechazos de plantas asentadas sobre la arena, tirando de los viajes con ligazón y enorme valor. Muy seguro y por encima de su enemigo se mostró el madrileño. Sobre todo por el pitón izquierdo, donde a base de exponer y de consentir arrancó lo que parecía imposible: prolongar la embestida del toro hasta el final, en una serie de naturales hondos y largos, de milimétrica precisión y poderoso temple en el remate. Además, anduvo torero e inspirado por la plaza, resolviendo problemas sobre la marcha. Faena seria y asentada, de toreo responsable y capaz. Mató de una gran estocada y se pidieron las dos orejas. El señor presidente, un tal Osete, consideró que con una ya tenía bastante. Salió a cara de perro en el quinto y demostró una vez más su rotundidad y solvencia en la cara del toro. Sus ilimitados recursos y su raza de figura del torero. En otras manos hubieran pesado más las complicaciones de su lote. Hizo El Juli el esfuerzo con un ejemplar que embistió como dormido y sin entrega en la muleta. Pinchó en lo alto y después agarró una gran estocada. Cortó un nuevo trofeo.