Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
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24/08/2004 | Almería | Ruiz Manuel, El Juli, Salvador Vega | Santiago Domecq | Ovación y dos orejas |
Galería fotográfica del triunfo de El Juli en Almería
ALMERÍA. Martes 24 de agosto de 2004
Plaza de toros de Almería. Tres cuartos de entrada. Toros de SANTIAGO DOMECQ para los matadores de toros:
RUIZ MANUEL -de rosa y plata- (Dos orejas y dos orejas)
EL JULI -de verde esmeralda y oro- (Ovación y dos orejas)
SALVADOR VEGA -de blanco y plata- (Oreja y oreja)
El Juli ha cuajado un faenón de antología al quinto toro de la tarde. La corrida de Santiago Domecq está resultando magnífica siendo este quinto un toro que exigía mucho al torero. Y ahí estuvo El Juli, bajando la muleta, todo largo y por abajo. Y así, el joven maestro corrigió los defectos del animal llegando una segunda parte de la faena increíble, aplastante, desbordante de toreo. Una faena impresionante que puso al público en pié.
También hubiera cortado una o dos orejas de su primero, al que también toreó con su maestría y conocimientos. Pero pinchó. Precisamente al entrar al matar recibió un varetazo en el costado que aunque le dejó sin aire un instante, el percance no pasó a mayores.
Por Patricia Navarro (La Razón)
Un Juli, muy puro con aires renovados y una capacidad de entrega inmensa
Suavidad. No desperdició ni una embestida El Juli del segundo, bueno, pero flojito. Se lució ya en los lances a pies juntos de recibo y luego en un variado quite. Muleta en mano fue todo suavidad y leves toques de muñeca. Sobrado de facultades se recreó y algunos pasajes, sobre todo en el toreo al natural tuvieron hondura y belleza. Mimó los detalles de una actuación muy correcta. Impecable. Otro planteamiento, más poderoso, fue el que requirió el quinto. El Juli realizó ante él una labor con enjundia y vibración, en la que logró someter las embestidas del animal y, a partir de ahí , instrumentar buenas series diestras, de gran calado en el público. Hubo momentos de deleite, de un Juli con una capacidad inmensa de expresarse toreando; muy enrazado alargó su trasteo, bien por naturales, cumbre en los derechazos. Cultivó su raza con una buena técnica y corazón; una actuación impecable.
Por José Antonio del Moral
Me encantó "El Juli" con el capote tan variado en su primer toro y verle otra vez sin remilgos ni contemplaciones. La faena luego fue de esas en las que el madrileño se relame toreando, solo que por abusar del disfrute y al empalmar tres faroles seguidos a uno de pecho sin moverse, el toro no aguantó tanta intensidad, se echó a la arena y hubo que levantarlo para darle muerte, lo que Julián no consiguió al primer envite perdiendo las orejas que ya se había ganado. Las ganó en el quinto, un toro bastante más difícil que le desarmó dos veces en el inicio de la faena, lo que enrabietó al torero tanto o más que la faena que ya había hecho Vega y, a partir de ahí, se le puso esa cara de lobo feroz que se le pone a "El Juli" cuando quiere algo de verdad y acaba por comerse todo lo que le pongan sobre la mesa aunque sea indigesto. Surgió entonces el gran poder del gran torero que puso la plaza boca abajo y más con la estocada que recetó dejándose matar.
Por Carlos Crivell
El Juli sigue escuchando las mismas broncas de toda la temporada porque ya no pone banderillas. No acaba el personal de enterarse de su decisión. A cambio, el joven espada torea con más reposo y relajación. Tampoco le viene bien esa dejadez. Con el capote dejó un par de verónicas de enorme gusto. El toro fue de gran dulzura, incluso parecía por momentos un juguete en las manos del diestro; un juguete con fuerzas mínimas. El Juli estuvo sobrado en todo momento; tan seguro que ligó tres afarolados después de dos naturales de clase superior y el animal de cayó redondo sobre el albero. Fue como si se hundiera toda la faena. Encima lo mató mal.
El quinto tenía casta. No era el dulce meloso anterior. Ahora se necesitaba a un torero poderoso y apareció. En los primeros compases superó la tendencia del astado a recuperar terreno y el molesto derrote final. Conforme avanzó la faena se hizo con el toro en lo que se puede esperar de este matador. Se arrimó hasta decir basta y toreó por ambos pitones en tandas de buen trazo. Lo que más resaltó fue su valor y esa condición de figura para no dejarse ganar la pelea.
Por mundotoro
El Juli, toreó muy bien con el capote al segundo de la tarde pero pinchó perdiendo al menos una oreja. Con el quinto realizó la faena más importante de la tarde con un toro que nunca terminó de romper.
Foto: Mauricio Berhó