Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
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16/08/2004 | Málaga | Javier Conde, El Juli, El Capea | Daniel Ruiz | Oreja y ovación tras gran petición de oreja |
Galería fotográfica de la tarde de El Juli
MÁLAGA. Lunes 16 de agosto de 2004
Más de quince minutos duró la bronca (de no muchos precedentes por su intensidad) contra un presidente que despreció el derecho del público de mandar con sus pañuelos.
Vaya por delante: El Juli estuvo cumbre en todo, toreo de capote, de muleta y remate impecable con espada. Puerta grande indiscutible. Pero el protagonismo lo recogió el presidente. ¿Quién lo iba a pensar? Y es que nadie podía imaginar que el presidente negara la puerta grande, pedida con total y absoluta unanimidad. Si no quiere conceder las dos orejas para premiar la gran faena de El Juli al quinto toro allá él, ¿pero ni una oreja? Y la bronca se lió. ¡Y de qué manera! Un cuarto de hora con el ruedo cubierto de almohadillas y objetos, uno de ellos llegó incluso a golpear a un arenero. Julián salió al tercio a pedir calma con gestos y para intentar apaciguar los ánimos se negó a dar una o dos vueltas al ruedo. Últimamente no se habrá visto en una plaza de toros una bronca similar, pero realmente era absurdo: la primera oreja la concede el público, y el presidente, por muy “aficionado” que sea, está para atender a quien manda en la Fiesta.
Plaza de La Malagueta. LLENO total. Toros de DANIEL RUIZ
JAVIER CONDE de blanco y plata (Oreja y ovación)
EL JULI de rioja y oro (Oreja y gran ovación –negó dar vueltas al ruedo- tras escandalosa bronca al presidente por no conceder orejas
EL CAPEA de fuscia y oro -que tomaba la alternativa- (Vuelta y vuelta)
Por Javier López Herranz (Abc)
El Juli estuvo espléndido en el tercero con capote y muleta, al que cortó la oreja. Veroniqueó acompasado, quitó por chicuelinas, tafalleras y gaoneras, y con la franela planteó una faena compacta que tuvo pasajes de gran belleza. Exprimió las nobles embestidas del burel, que al final se rajó.
Con el quinto vino el escándalo, porque el presidente, en un afán de protagonismo que no le corresponde, se negó injustificadamente a conceder una legítima oreja al madrileño. El público, muy enfadado, comenzó a tirar objetos al ruedo, lo que produjo la suspensión de la lidia por espacio de más de veinte minutos. Con este toro, El Juli cuajó una faena maciza, en la que trazó series soberbias de derechazos y mató arriba. Notable actuación, que merecía con toda justicia el trofeo.
Por Patricia Navarro (La Razón)
El Juli barnizó de autenticidad todo lo que hizo al tercero, en una fusión entre la pureza y la intensidad. Dibujó suaves verónicas y un quite, muy variado, desde lejos, que encandiló. Esculpió una faena de muleta plena de temple y suavidad a un buen toro en las telas que tenía tendencia a tablas. Hizo lo que quiso y como quiso. Intensificó el temple con el quinto, bueno pero algo huidizo. El Juli trazó una faena seria y sincera, en el centro del anillo, con momentos muy buenos, con mucha pureza, sobre todo al natural, en pases largos y hondos. Rubricó su labor con una buena estocada, sin embargo, el presidente le negó su merecido premio. El abucheo para el usía, monumental. Y es que no era para menos. El Juli anduvo perfecto y el público malagueño solicitó el trofeo hasta la saciedad.
Foto: Maurcio Berhó