Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
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16/05/2004 | Valladolid | Ponce, Finito de Córdoba, El Juli | García Jiménez | Oreja y ovación |
VALLADOLID. Domingo 16 de mayo de 2004
Plaza de toros del Paseo de Zorrilla. Feria de San Pedro Regalado. Tres cuartos de plaza cubiertos. Seis toros de García Jiménez, uno con el hierro de Peña de Francia.
ENRIQUE PONCE (de grana y oro) SILENCIO Y OREJA
FINITO DE CÓRDOBA (de corinto y oro) OVACIÓN Y OREJA
EL JULI (de verde esmeralda y oro) OREJA Y OVACIÓN TRAS LEVE PETICIÓN
El Juli estuvo a punto de abrir la puerta grande del coso de Zorrilla de no pinchar a su segundo antagonista. Centrado y torero, Julián templó al sexto toro de la tarde, dando primero las alturas y las distancias que el animal necesitaba para después torear al natural de forma soberbia. Acabó por acortar las distancias y en terrenos cortos ligó varios circulares que caldearon el ambiente. Lástima que en lugar del pinchazo hondo no llegara una estocada pues la faena mereció ser premiada.
Premiada fue su labor ante el tercero. La faena rayó a gran nivel, con la inspiración salpicando varios instantes de la faena. Caló hondo la forma de cambiarse la muleta por la espalda: cuando en medio de la tanda derechista, y sin enmendarse, se cambió la franela a la zurda para enjaretar un natural y rematar después con el pase de pecho. Y lo repitió dos veces. Las trincherillas adornaron una obra en la que, como en la otra, no hubo ni un solo guiño de cara a la galería. Todo fue pureza y toreo, buen toreo.
Por Javier López Hernanz (ABC)
Al tercero, apenas lo picó en el caballo, y, con la muleta, la faena alcanzó altas cotas, sobre todo por el pitón derecho. El toro lucía escasas fuerzas, pero atesoraba un buen tranco, y El Juli siempre lo dejó lucir citando de largo. Hubo muletazos excelsos, siempre a derechas, en los que el madrileño toreó con inusitada profundidad. Con la izquierda bajó el tono del trasteo, por lo que volvió de nuevo a la diestra, donde dibujó muletazos espléndidos. Lo mató de estocada corta al encuentro, que cayó desprendida, lo que provocó que el presidente, acertadamente, le negara la segunda oreja que el público pidió.
Ante el sexto, un toro blando, soso y noblón, comenzó el trasteo con series cortas, intercaladas con tiempos muertos para que el astado durara. La faena fue a más, y al final consiguió naturales largos y templados. En éste aguantó con valor las continuas paradas del toro en mitad del muletazo, provocadas por su escasa fuerza. Realizó en el epílogo varios circulares que metieron al público en la faena, pero el pinchazo hondo y la tardanza del toro en doblar hicieron que el respetable se enfriara.
Por José Luis Lera (El Norte de Castilla)
En el centro del platillo, toreó a placer El Juli a su primer oponente. Tandas con las dos manos, muy ligadas, en un derroche de quietud, valor y ajuste. que concluyó con una estocada, un dedo caída, de efecto fulminante. Volvió a estar entregado en el último de la tarde pero la sosería de la res le impidió conseguir mayores cotas artísticas.
José Antonio del Moral (ocio crítico)
El Juli magistral
Y a continuación llegó "El Juli" dispuesto a cambiar el rumbo de la tarde y lo consiguió con creces pese al disgusto que produjo en los tendidos que no banderilleara. Lo compensaron sus peones, magníficos colaboradores del madrileño, tanto al parear como en una lidia tan suave como precisa, gracias a la cual pudo "El Juli" ser don Julián muleta en mano con una faena de perfecta técnica, gran intensidad por como la ligó y rematadamente bien concebida y hasta ampliada más de lo que el toro merecía en una sobredosis que desembocó en el entusiasmo del tendido, olvidado por completo del enfado por su decisión de no intervenir en el segundo tercio. El espadazo a toro arrancado fue eficaz que no perfecto, oreja al canto y todos tan contentos.
Por Alfonso Santiago (6toros6)
Cuando salió el tercero la cosa se enderezó. El toro, además de nobleza, tuvo algo más de voluntad, y El Juli estuvo realmente bien con él. Sin apenas tanteos, abierto muy pronto a los medios el torero, la faena ganó fuerza a medida que transcurría. Sobre todo, a raíz de tres tandas en redondo iniciadas con varios muletazos de mano baja y profundos, y rematadas al natural tras cambiarse la muleta de mano. Todo un prodigio de ligazón y de sitio. Además, varios pases de pecho, algunas trincherillas y el final a dos manos tuvieron hondura y mucha expresión. Buena de verdad la faena, rematada con una buena estocada. La oreja supo a poco. En el sexto, noble y sin raza, El JuIi volvió a mostrarse con gran aplomo y supo dar vuelos a la desrazada embestida.