Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
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26/05/2004 | Madrid | César Rincón, Uceda Leal, El Juli | Torrestrella | Silencio y silencio |
MADRID. Miércoles 26 de mayo de 2004
Las Ventas. Feria de San Isidro. Lleno de ”No hay billetes”. Toros de Torrestrella. El primero fue premiado con la vuelta al ruedo.
CÉSAR RINCÓN (de vainilla y oro con remates negros) PALMAS Y SILENCIO
UCEDA LEAL (de azul marino y oro) SILENCIO Y OVACIÓN
EL JULI (de grana y oro) SILENCIO EN AMBOS
Dos toros muy complicados y peligrosos tuvo que lidiar El Juli esta tarde en Madrid. Y tuvo el gran mérito Julián de dar la cara siempre y de torear valientemente, aparte, desde luego, de poseer la gran virtud de no venirse nunca abajo.
Recibió a su primero con ajustados lances a pies juntos. Tras una buena brega de Carretero, El Juli dibujó un quite por tafalleras que remató con una media verónica larguísima y acompasada.
Sabiendo del peligro del animal, El Juli se puso delante de él y toreó con mucha valentía, con el toro rozándole el chaleco, lo cual le costó a El Juli que dos banderillas se le prendieran en la chaquetilla, afortunadamente sin mayores consecuencias. Por el pitón izquierdo, el torrestrella se le vino directo al pecho, lo cual no amedrentó a Julián y le arrancó la tanda por ahí. Tras un pinchazo dejó una muy buena estocada, tan valiente como el resto de la faena, y se retiró a barreras entre aplausos.
El toreo a la verónica llegó con el sexto, con enormes lances sobre todo por el lado izquierdo, por donde el toro pareció abrirse algo más. Otro quite por verónicas precedió a una faena en donde no se lo pensó dos veces para echarse la franela a la zurda. Y por ese pitón cambió de repente, embistiendo mal, a trompicones y quedándose corto. Pues por ahí le sopló algunos profundos naturales, otra vez con el denominador común de la entrega. Incluso por el lado derecho, que parecía casi imposible, le arrancó una buena tanda que pocos podíamos augurar. Honesto y valiente concluyó la faena y la tarde, donde no hubo triunfo para el torero pero sí satisfacción por haber estado más que digno toda la tarde.
Uceda, excelente estoqueador, obtuvo un balance de silencio y ovación, y Rincón escuchó palmas en su primero. Por cierto que en este toro, que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre, Rincón fue feamente prendido en un desplante, ya en suelo apareció un capote, el primero que llegó, milagroso, para realizar un gran quite. El capote, el de El Juli. Un Julián que aportó un gran compañerismo con el maestro al estar muy pendiente de él, incluso para refrescarle el cuello con un poco de agua. Detalles…
Foto: Mauricio Berhó