Crónicas

Crónicas de Julián López

El Juli, maravilla, corta cuatro orejas en Almería

Fecha Plaza Cartel Ganadería Resultados
27/08/2003 Almería Ponce, El Juli, Antonio Barrera Zalduendo Dos orejas y dos orejas con petición de rabo

ALMERÍA. miércoles, 27 de agosto de 2003.

El Juli, con cuatro orejas con petición de rabo, bordó dos sensacionales faenas

Cuarto festejo de la feria de la Virgen del Mar. Lleno de "no hay billetes". Seis toros de la ganadería de Zalduendo con hechuras de embestir y que, de hecho, lo hicieron con casta, nobleza y emoción.

ENRIQUE PONCE (de grana y oro) OREJA Y DOS OREJAS
EL JULI (de burdeos y oro) DOS OREJAS Y DOS OREJAS CON FUERTE PETICIÓN DE RABO
ANTONIO BARRERA (de celeste y oro) PALMAS Y OREJA CON PETICIÓN

El Juli, maravilla de toreo. El arte, el compás... ese disfrutar delante de la cara del toro es una verdadera maravilla. Y gozar de verdad, sintiéndolo y haciéndolo sentir. Todo desde dentro, por las sensaciones que le hierven desde dentro y que expresó a lo grande ante los magníficos toros de Zalduendo. Una tarde para recordar, como tantas tardes en este año de El Juli tan especial.


El Mundo. Carlos Crivell. El prodigioso talento de El Juli

Por ejemplo, la tarde estuvo dominada por El Juli de principio a fin. El joven torero volvió a mostrar su talento fuera de lo común para redondear dos trasteos de intensidad poco usual. El Juli ha llegado a ese momento de tranquilidad en el que puede improvisar en la cara del toro, mientras en otros llega a torear con esa relajación que le permite su propia trayectoria taurina.

La faena al muy buen segundo fue completa. Se lució a la verónica, quitó por chicuelinas y dibujó una faena de buen ritmo y elegancia.El toreo por la derecha fue limpio y templado, mientras que el toreo al natural fue mucho más profundo. La plaza rugió en los circulares. El final, con unos doblones por bajo fue majestuoso.Y la estocada fue para enmarcar; un estoconazo de impresión, de esos que valen por sí mismo algún trofeo.

Cuando salió el quinto, la corrida estaba embalada. El Juli armó un verdadero taco en ese astado. Estuvo sobrado en banderillas y realizó una faena brillante en lo fundamental -el toreo al natural le salió bordado- y enloquecedor en lo accesorio. Los desplantes, los molinetes, los ayudados y toda suerte de muletazos caldearon la plaza hasta el punto de que se le pidió el rabo, aunque esta vez la estocada fue imperfecta. Lo que en su día me pareció un pegapases, puedo afirmar que me parece ahora un torero de talento excepcional.


Foto: José Manuel Vidal

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