Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
---|---|---|---|---|
10/07/2003 | Pamplona | Rivera Ordóñez, El Juli, César Jiménez | Jandilla | Silencio y silencio |
PAMPLONA. Jueves 10 de julio de 2003
Feria de San Fermín. Lleno de “no hay billetes”, unos veinte mil espectadores. Seis toros de Jandilla: muy manejable el primero que se movió como el resto de la corrida pero éstos cinco toros restantes sin clase ni verdadera entrega.
RIVERA ORDÓÑEZ (de rioja y oro) PITOS Y SILENCIO
EL JULI (de grana y oro) SILENCIO Y SILENCIO
CÉSAR JIMÉNEZ (de rosa palo y oro) SILENCIO Y VUELTA
La racha impresionante de El Juli saliendo cuatro veces consecutivas en hombros por la puerta grande de Pamplona, se ha roto en estos sanfermines de 2003. Ayer, tras cortar una merecida oreja a su primer toro, un inválido animal acabó con ese espectacular dato estadístico de cuatro puertas grandes seguidas. Y hoy, pues hubo de todo.
Lo primero, vaya por delante, que el lote de El Juli, como el resto de la corrida, sí, se movió. Pero, y excepción del buen primer toro, para moverse así... Porque su lote no tuvo clase ni auténtica entrega. Se movía, sí, pero había que estrujar mucho la memoria para recordar un muletazo en donde el toro tomara la muleta por abajo con bravura y siguiéndola hasta el final. Por lo tanto, unos toros bastante embusteros sin ser, tampoco es eso, imposibles.
Las orejas volaron del esportón de El Juli, en una nota anecdótica, por la espada. Pinchó a su primero y también a su segundo toro.
Con los palos estuvo francamente bien, mejor que ayer. Porque arriesgó el pellejo dando al toro muchas ventajas y eso tiene mérito, y mucho.
Sin alardes, muy sobrio, plasmó sendas faenas muy solventes y de gran facilidad. Destacaron unos naturales a su segundo y un precioso pase del desdén a este mismo animal. Pero lo dicho, la espada no estaba afilada.
Como tampoco estuvo fino con el acero Jiménez ante el sexto con el que dio la vuelta al ruedo, y Francisco Rivera Ordóñez, quien realizó el paseíllo con brazalete negro en recuerdo de su familiar Pepe Dominguín, más de lo mismo.
Foto: Mauricio Berho