Crónicas

Crónicas de Julián López

VALLADOLID: EL JULI SALE EN HOMBROS DEL COSO DE ZORRILLA POR SÉPTIMA OCASIÓN

Fecha Plaza Cartel Ganadería Resultados
11/09/2002 Valladolid Ponce, Luguillano, El Juli Victoriano del Río Oreja y oreja

VALLADOLID. Miércoles 11 de septiembre de 2002

Valladolid. Lleno total. Se han lidiado seis toros de Victoriano del Río. De juego extraordinario a excepción del lote de El Juli, que desentonaron más.

ENRIQUE PONCE (de marfil y oro) OVACIÓN Y DOS OREJAS
DAVID LUGUILLANO (de tabaco y oro) OREJA Y OVACIÓN
EL JULI (de grana y oro) OREJA Y OREJA

…Y El Juli salió en hombros de la plaza de Valladolid por séptima ocasión.
En cuatro años de torería queda evidenciado que la capital del Pisuerga tiene un torero como gran ídolo. Se llama Julián López “El Juli”.
Y sus faenas, bueno sus lidias completas, contaron principalmente con el sello de la maestría auténtica, sin alharacas. Tan sereno y seguro que no deja de sorprender a más de uno.
Y eso que tuvo una desgracia en el sorteo mayúscula. De la extraordinaria corrida de Victoriano del Río, ninguno de esos toros con tan positivo adjetivo ha ido parar a las manos del madrileño. Dos toros nobles, eso si, pero sin chispa ni entrega. Hasta el primer toro que echaron para atrás cuando ya estaba Ponce con la muleta, por partirse un pitón contra un burladero, contaba con unas condiciones realmente magníficas.
A su primero lo recibió con lances suaves a pies juntos. Después brilló con las banderillas en tres pares con el claro sello del clasicismo.
Tranquilo, cadencioso ligó la primera tanda. Toda la faena tuvo algo de falta de transmisión por las características del morlaco, pero por ahí estuvo un Julián que, dándole todo lo que pedía el toro, cimentó una faena compacta y perfectamente estructurada. Se volcó en la estocada y cortó la primera oreja.
El sexto traía un comportamiento parecido que su primero. Julián se lució en un quite por tafalleras salpicada con una orticina girando a favor del sentido de la embestida del toro.
El tercio de banderillas fue de alboroto, con un tercer par recortando en la misma cara del toro y clavando en un palmo de terreno que vine practicando, de vez en cuando, Julián desde novillero y que resulta impactante.
En la faena de muleta cuajó otra obra con el mismo denominador común. Es decir, conocimientos, maestría y clase para medir la embestida de un toro que si se le bajaba la mano se caía y que si se le embebía a media altura aquello no resultaba emocionante. Perfecto el toro encontró las mediadas justas, de sitio y de toques, y cuajó tramos realmente bellos. Gustaron mucho dos circulares, epilogo ya de la faena. Dejó media estocada arriba y cortó la segunda oreja que le abría triunfalmente la puerta grande.
Ponce se las vio con tres toros de un juego enorme, incluso mencionamos al que se partió el pitón, y Luguillano tuvo, seguramente, el mejor toro del encierro, el lidiado en segundo lugar, y otro también de buen juego, aunque este con más matices, el quinto.
El valenciano salió en hombros tras desorejar al cuarto y Luguillano obtuvo un balance de oreja y ovación tras leve petición.

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