Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
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30/08/2002 | S. S. de los Reyes | Caballlero, E. Mora, El Juli | Victoriano del Río | Dos orejas y ovación |
SAN SEBASTIÁN DE LOS REYES (Madrid). Viernes 30 de agosto de 2002.
Con lleno en los tendidos se han lidiado seis toros de Victoriano del Río, de muy buen juego en general.
MANUEL CABALLERO (de grana y oro) OREJA Y DOS OREJAS
EUGENIO DE MORA (de crema y oro) OREJA Y OVACIÓN
EL JULI (de rioja y oro) DOS OREJAS Y OVACIÓN
De momento El Juli llenó la plaza de San Sebastián de los Reyes. ¿Importante? Pues claro. Y después El Juli cortó dos orejas y salió en hombros. ¿Importante? Pues claro. Pero lo importante, lo verdaderamente importante es torear de la forma que lo esta haciendo en las últimas tardes.
La cadencia, el sabor y la excepcional clase mostrada por Julián en el sexto valía por todas las orejas que pudiera cortar. Pero como El Juli no deja de ser El Juli, la ambición de salir por la puerta grande tarde tras tarde sigue manteniéndose a esos niveles extraordinarios.
Por eso quiso, supo e hizo, imponerse a su primer toro, el mas complicado del buen encierro de Victoriano del Río. El Juli se llevó incluso una voltereta tras rematar un pase de pecho. Toda la faena se vio dominada por una maestría absoluta y tras una estacada como un cañonazo cortó las dos orejas.
Los lances a la verónica ejecutados al sexto fueron, como los de Linares, de auténtica antología. Todo un muestrario de lances para dar fe de la increíble belleza que pueden tener unas verónicas. Y los de las medias verónicas de El Juli van cogiendo ya cierto aire de históricas. No se puede dar una media con mayor hondura, metiendo todo el toro en la fabulosa capa.
Puso la plaza boca abajo con las banderillas. Al buen toro le faltaba algo de chispa. Justamente lo que puso el joven maestro para plasmar una obra para los paladares mas exquisitos. Sobre todo hay que hacer mención a los pases de pecho. De auténtico cartel de toros.
Perdió dos orejas mas al pinchar en dos ocasiones.
Caballero fue el mas afortunado en el sorteo. Un toro magnífico, el primero, y otro excelente, del que se pidió el indulto. Con ambos, sobre todo con este cuarto, Caballero disfrutó de lo lindo toreando como y cuanto quiso.
Eugenio aprovechó muy bien la buena condición del segundo de la tarde. Ante el protestado, por flojo, quinto levantó la faena con gran voluntad pero perdió la oreja por fallar con los aceros.