EL JULI A HOMBROS EN ALMENDRALEJO BAJO LLENAZO

ALMENDRALEJO (Badajoz). Sábado 20 de abril de 2002.

El Juli, de “chapeau”.

Plaza de toros de Almendralejo. Lleno histórico colgándose el cartel de “no hay billetes”. Toros de Sánchez Arjona, de armónicas hechuras y de buen juego en general, sobre todo el lidiado en cuarto lugar.

FINITO DE CÓRDOBA (de berenjena y oro) DOS OREJAS Y OVACIÓN
EL JULI (de rioja y oro) DOS OREJAS CON FUERTE PETICIÓN DE RABO Y GRAN OVACIÓN
FRANCISCO JAVIER CORPAS –que tomaba la alternativa- (de nazareno y oro) OVACIÓN Y DOS OREJAS

Como si anduviera en Las Ventas. Así anduvo Julián López “El Juli” toda la tarde en Almendralejo. Ese paso sereno, responsable y ante todo centradísimo y tremendamente entregado. Buenos lances ejecutó a su primero y un tercio de banderillas con unos conocimientos alucinantes. Tal y como demostró en el tercer par fintando con la cintura para parar al astado como si llevara un capote encima. En la faena todo fue cadencia, despaciosidad y, sobre todo, mucha clase. Terminó entre los pitones para formar un verdadero alboroto. Y la estocada ejemplar, volcándose sobre el morillo y dejando la espada hasta las cintas en todo lo alto. El rabo, que en un principio si parecía que había concedido el presidente, debió ser el premio cabal. De hecho toda la plaza creyó que se había concedido.
Al castaño quinto lo recibió ciñéndose a pies juntos. En el tercer par de banderillas, cuarteando por el pitón izquierdo, fue feamente prendido por el muslo izquierdo. Ni se miró el torero que se levantó con la taleguilla rota que dejaba ver un fuerte varetazo. Las complicaciones mostradas por el astado fueron solventadas admirablemente por un Julián en maestro y sobrado. Acabó dejando que los pitones del animal le golpeasen los muslos, sacando muletazos en un palmo de terreno. Otro lío. Lástima de espada que en esta ocasión encontró hueso.
Finito cortó las orejas en su primero, pero donde sobre todo se sintió fue ante el extraordinario cuarto toro.
Tomaba la alternativa Francisco Javier Corpas. El toro del doctorado se rajó relativamente pronto, por ello solo se pudo lucir ante el sexto, en el que tras una faena de gran voluntad y ganas logró pasear otras dos orejas.