Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
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27/04/2000 | Aguascalientes | Zotoluco, El Juli, Gaya | Garfias | Oreja y palmas |
AGUASCALIENTES, México. Jueves 27 de Abril de 2000.
ROMPE LA FERIA
Por Marisol Fragoso Sosa (6 toros 6)
Luego de un día de reposo, la gente retomó con más bríos el serial taurino y llenó la Monumental. En una tarde donde se respiraba buen ambiente se lidiaron toros de De Santiago, parejos de presentación, de buen juego primero y tercero, el segundo se aplomó, el cuarto fue peligroso, el quinto tuvo buen estilo pero le faltó de fuerza, y el sexto resultó complicado. Se cortaron tres orejas, una para cada torero.
Se lidiaron 6 toros DE SANTIAGO, parejos de presentación, de buen juego primero y tercero, el segundo se aplomó, el cuarto fue peligroso, quinto de buen estilo pero falto de fuerza y sexto complicado. Pesos: 480, 498, 536, 504, 524 543 Kilos. Gerardo Gaya recibió la alternativa con el toro "Idealista", número 101, de 480 Kilos.
EL ZOTOLUCO de azul pavo y oro (Palmas y oreja)
EL JULI de turquesa y oro (Oreja y Palmas)
GERARDO GAYA de blanco y oro (Oreja y palmas)
Esa tarde, Gerardo Gaya se convirtió en matador de toros, y la verdad es que no pudo tener mejor actuación con su estupendo toro, cuya lidia debió merecerle dos apéndices, pero uno lo perdió al pinchar en el primer intento. Sin embargo, lo realmente destacable fue la seriedad y el aplomo con lo que el toricantano hizo las cosas. Así, mostró clase desde que se abrió de capa y ejecutó una serie de verónicas y un remate que de inmediato tuvieron eco en los tendidos. Se presentía el triunfo y éste cristalizó cuando luego de recibir los trastos, Gaya tomó la muleta e inició su labor con una serie de estatuarios, vinieron luego tandas muy ligadas con ambas manos. El toro rompió a más hasta permitir a su lidiador ejecutar templadas dosantinas. Finalizó el trasteo con manoletinas y tras una estocada entera que logró al segundo viaje recibió una oreja que paseó orgulloso. El ejemplar que cerró plaza en nada se pareció a su hermano, ya que a pesar de su hermosa pinta -colorado- y bellas hechuras, traía consigo una aspereza que imposibilitó faena alguna.
El lote más complicado fue a parar a las manos del torero con más experiencia en el cartel, y de no haber sido precisamente por ese saber acumulado en su largo andar por las plazas como lidiador, y también por sus deseos por sobresalir, se habría retirado inédito. Sin embargo, se llevó un apéndice de su segundo, pues al otro se le acabó el gas muy pronto y se aplomó. Pues bien, cuando El Zotoluco tomó el engaño para lidiar al que hizo de cuarto, éste ya había desarrollado peligro. Al torero se le notaba dispuesto a todo, traía encima una presión mayúscula y se la jugó con verdad arrancando y exponiendo en cada pase. Fue una larga historia de riesgos que fue premiada con una oreja. El Juli se sabía obligado a destacar, puesto que la cornada que recibió en la feria de Sevilla del año pasado le impidió cumplir con sus fechas en esta tierra. Se le esperaba con ansia y el madrileño se entregó al cien por cien. Sin reparo se prodigó en quites y en la colocación de banderillas en ambos astados. Su primero provocó un tumbo al experimentado picador Delfino Campos. El trasteo se inició con una serie de muletazos de rodillas, de mucho pulso y esfuerzo. El engaño, bien cuadrado, y los toques suaves, permitieron a El Juli sacar el máximo partido, en el que además hubo variedad. El toro que le correspondió como segundo de su lote tuvo clase, pero estuvo medido de fuerza, por lo que requirió un planteamiento con inteligencia y reposo en demasía. Esto le llegó a la gente, que lo despidió con una sonora ovación.