Crónicas

Crónicas de Julián López

GRAN TRIUNFO DE EL JULI EN BOGOTÁ

Fecha Plaza Cartel Ganadería Resultados
24/02/2002 Bogotá Ramiro Cadena, Finito de Córdoba, El Juli El Paraíso Palmas y dos orejas

El Juli, que reaparecía tras su lesión de cervicales, cortó las dos orejas a su segundo toro

Abrió la puerta grande de la Santamaría que registró un lleno absoluto

BOGOTÁ (Colombia). Domingo 24 de febrero de 2002

No hay billetes (14 mil espectadores). Toros de El Paraíso. El último de la tarde resultó indultado.

FINITO DE CÓRDOBA (silencio y oreja)
EL JULI (palmas y dos orejas)
RAMIRO CADENA que confirmaba alternativa (vuelta y dos orejas simbólicas)

Finito cuajó una coreadísima faena al cuarto, un toro bonito de hechuras y de cara al que toreó a placer. Con tandas ligadas por ambos pitones en los medios y rematando la faena con una estocada desprendida lo cual no es motivo para que el animal ruede con mayor rapidez.
Por ahí confirmaba alternativa el colombiano Ramiro Cadena. Su primer astado se vino a menos, incluso en un amago de rebañar le pegó una voltereta al joven torero. Tuvo en frente al mejor toro del encierro, el sexto. Y con buena soltura se dio un auténtico banquetazo a pegar muletazos del incansable cuatreño. Aceptó la presidencia la petición popular del público y en hombros salió junto al maestro tras pasear dos orejas simbólicas.
Ese joven maestro se llama Julián López “El Juli”. Reaparecía tras la lesión de cervicales y por lo que se vio toda la tarde, El Juli tenía hambre de toros. Su primer toro se dejó las energías en el caballo. Aún contando con ello, pudo Julián lucirse con los palitroques en tres pares excelentes de coordinación. Incluso sacó una soberbia tanda por naturales pero estaba claro que el toro iba a dar ya poco más de sí.
A por todas salió ante el quinto. Una larga cambiada desde el tercio precedió a un vibrante saludo a la verónica. La medía, de antología. Y luego las lopecinas, para poner boca abajo la plaza. Continuó con tres pares ceñidísimos. Con notable gusto, se pasó al de El Paraíso en el toreo con la izquierda Y en el de redondo lo bordó logrando la constante ligazón. Hizo lo que quiso, y para colmo se metió entre los pitones dejando que éstos rozaran su taleguilla grana y oro. El remate no desmereció, ni por asomo, la faena, y dejó un espadazo tremendo, volcándose en el morrillo. A hombros salía Julián en el cierre de temporada en la Santamaría y en el cierre de su temporada por América. Un año más absolutamente triunfal.

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