Crónicas

Crónicas de Julián López

FAENA ANTOLÓGICA DE EL JULI EN LA MEXICO. CORTÓ DOS OREJAS

Fecha Plaza Cartel Ganadería Resultados
13/01/2002 México Antonio Urrutia, Enrique Ponce, El Juli, Leopoldo Casasola Bernaldo de Quirós Ovación y dos orejas

PLAZA MÉXICO. Domingo 13 de enero de 2000

El Juli plasmó una faena para el recuerdo en La México.

Plaza Monumental de México. Casi lleno (rondando los 40 mil espectadores). 8 toros de Bernaldo de Quirós y uno de regalo de Xajay. Parado el lote de Urrutia, no muy potable el de Ponce, complicado el primero de Juli y bueno el segundo aunque acabó rajándose, y bueno los dos toros de Casasola. El de Xajay, de bellas hechuras, no acabó de romper. Por lo general bien presentada la corrida.
ANTONIO URRUTIA (de malva y oro) OVACIÓN Y SILENCIO
ENRIQUE PONCE (de turquesa y oro) SILENCIO, SILENCIO Y PALMAS EN EL DE REGALO
EL JULI (de marino y oro) OVACIÓN TRAS LEVE PETICIÓN Y DOS OREJAS
LEOPOLDO CASASOLA (de albero y oro) OREJA EN AMBOS
El Juli y Casasola salieron en hombros.
Julián, ídolo de la afición mexicana, vino a la corrida con las ideas claras. Ya en su primero, un toro de buenas hechuras pero que acabó complicado ya que se acostaba y terminaba la embestida con la cara por arriba, manejó estupendamente el capote, en el recibo a la verónica y en el quite por chicuelinas rematadas con una media de cartel de toros. Puso los tendidos en pie con tres magníficos pares de banderillas, el primero al cuarteo, el segundo de dentro a fuera, y el tercero, angustioso por los adentros. Se dobló perfectamente por bajo pero ya el toro mostraba claros síntomas de su excasa positiva condición. No se arrugó El Juli que le tapó todos los defectos posibles habidos y por haber y tras una estocada en todo lo alto recibió una ovación desde el tercio.
Lo antológico surgió en el séptimo de la tarde. ¡Qué manera de torear con el capote! Y sobre todo ¡qué quite por verónicas!. Vaya cuatro lances de ensueño, roto el torero y con un sentimiento desbordante. Las medias en los recibos capoteros no merecieron a la que plasmara en su primero. Volvió a agarras los palitroques para, nuevamente, poner el ambiente al rojo vivo con tres pares precisos y espectaculares.
Y si grande fue el toreo de capa que decir de la faena de muleta. Sencillamente magistral. Comenzó con unos estatuarios a una mano sin enmendarse un ápice y rematando la serie con dos pases de la firma a pies juntos clavando el mentón que fueron respondidos por el público con oles rotundos. Y la primera tanda por el lado derecho un ejemplo de ligazón, mano baja y largura. En realidad todo lo realizado por el joven maestro madrileño vino dominado por el arte. Ese arte y esa plasticidad expuesta en las siguientes tandas, en las que improvisaba remates increíbles que hicieron poner boca abajo la plaza. Lástima que no le aguantase un poco más el buen toro de Bernaldo de Quirós porque el alboroto hubiese sido indescriptible. Y lástima también que el animal tardase en doblar tras la entregada estocada en la yema porque el rabo hubiese caido al instante. Gritos de torero-torero y una salida en hombros por la puerta grande en medio de la innumerable masa que se agolpaba en la salida absolutamente impresionante.
Ponce no quiso quedarse atrás y por eso regaló el sobrero de Xajay. Pero tras un inicio prometedor todo quedó en eso, en un amagó, pues el animal no desarroyó buena condición. Con su lote el valenciano poco pudo hacer, pues si ya de por sí tuvo que vérselas con dos animales poco potables, las condiciones climatológicas, que condicionaron en parte el festejo, impidieron el triunfo.
Urrutia vino con una importante predisposicón. Realizó dos labores de mérito aunque los toros que formaron su lote cogieron el mismo camino: agarrarse al piso.
Casasola se llevó el lote y no desentonó, para nada, el joven mexicano. Vino con gran ilusión por verse anunciado en éste cartel y respondió con voluntad y entrega. La misma entrega que puso al matar a su segundo toro que lo volteó peligrosamente por la pechera.

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