Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
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16/08/2000 | Xátiva | El Califa, El Juli | El Torero | Ovación, dos orejas y oreja con petición de otra |
XÁTIVA, Valencia. Miércoles 16 de agosto de 2000
Por Manuel Márquez (El País)
En la plaza de toros de Xátiva y con LLENO en sus tendidos se ha celebrado la corrida estrella de las fiestas de agosto. El festejo, ante la baja de El Cordobés, quedó en mano a mano entre el torero local El Califa y Julián López "El Juli". Los toros de El Torero (Salvador Domeq) , dieron buen juego, excelente fue el 3º y flojos 2º,5º y 6º. El mejor lote se lo llevó el valenciano.
EL CALIFA de rosa palo y oro (OREJA, DOS OREJAS Y VUELTA)
EL JULI de fucsia y oro (OVACIÓN, DOS OREJAS Y OREJA CON FORTÍSIMA PETICIÓN DE LA SEGUNDA)
El Califa con su primero estuvo bullicioso y activo, siempre muy valiente y pisando terrenos comprometidos. Con el tercero de la tarde, un toro excelente y que fue a más, hizo todo lo que su repertorio le permitía, pero siempre por debajo de las posibilidades del animal, clavó un buen estoconazo y cobró dos orejas. Con el último de su lote, parado y de corta embestida, de nuevo mostró su valor y arriesgó mucho para no dejarse ganar la pelea.
El Juli se mostró en su salsa, banderilleó a sus tres toros con acierto y espectacularidad. Deleitó al público con ajustados recortes y se asomó al balcón. Realizó quites por chicuelinas, caleserinas, navarras y faroles.
Brindó su primero a El Califa y el sexto al diestro valenciano Vicente Barrera. De capote realizó el mejor toreo de la tarde recetando unas verónicas de ensueño a este ejemplar. Con la franela se mostró variado y profundo ofreciendo series lentas y de mano baja, muletazos alargados al máximo y una impecable estocada precedieron una fortísima petición de dos orejas. El presidente, haciendo caso omiso, concedió sólo una y se llevó una bronca monumental. Con su segundo, el cuarto de la tarde, se pegó un arrimón de libro, provocando a los espectadores por su valor y entrega y matando de forma espectacular. El premio a esta labor fueron las dos orejas del toro.
La salida a hombros resultó emotiva con los dos matadores entre el delirio de la masa que los despidió con una fuerte ovación.