Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
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15/07/1999 | Lisboa | El Juli, Joao Salgueiro (Rej) | Ortigao Costa, Toros de Vinha | Vuelta, ovación y dos vueltas |
Lisboa a 15 de Julio de 1999.
Histórica corrida de toros en Lisboa.
Por Alberto de Jesus.
En esta corrida nocturna del ciclo de festejos de la plaza de Campo Pequeño de Lisboa, y con un llenazo de sus mejores tiempos se ha vivido uno de los momentos más emocionantes que pueda recordar esta ciudad, El Juli y el rejoneador portugués Salgueiro, que reaparecía ante su público para ofrecer ambos el mayor de los espectáculos torero. En esta corrida mixta, se pudieron vivir momentos de intensa emoción ante las distintas faenas que realizaron ambos toreros. El respetable se ponía continuamente en pié a ritmo eléctrico ante la transmisión que se vivía en el ruedo y que estallaba en el cielo con estronduosos 'OLES' que lograban emocionar a los presentes.
Los toros pertenecieron, tres para el rejoneador a la ganadería de Vinhas, que resultaron de muy buen juego para el caballo. El 2º fue devuelto por lastimarse en la arena y el 3º excelente por la transmisión con el rejoneador.
Los magníficos forcados de Montemor que actuaron esta noche fueron dignos de puerta grande al lograr tres pegas de perfecta ejecución, arriesgando el máximo y dando una lección de la buena tradición portuguesa.
Los toros para el Juli, fueron de la ganadería de Ortigao costa, el 1º manejable, el 2º con tendencias a rajarse y el 3º excelente para el Juli.
SALGUEIRO, destacó por su valentía y saber manejar a sus monturas a escasos centímetros de la cara de sus toros, en sus dos primeros logró bellos momentos de belleza y riesgo que le valieron dos sendas vueltas al ruedo. Fue en su 3º cuando se lió el lío gordo, al torear a un gran toro que le permitió crear arte en la histórica plaza de Campo Pequeño. Lo mejor de su actuación fueron varios quiebros esperando al animal y otros a topacarnero que enloquecieron a los allí asistentes. Este premio le valió dos vueltas al ruedo.
"EL JULI", merece mención aparte en esta ocasión, estuvo lo que se llama "Cumbre" en la arena de Campo Pequeño, lo visto allí en directo era de otra galaxia, logró dominar tanto a sus toros como al público que aplaudía emocionado las evoluciones de este joven 'Maestro'. En su 1º realizó una faena clásica de entrega saber hacer y estar, de capa meció y enseñó a su oponente la forma en la que este debía cooperar, en banderillas 'reventó' la plaza con su gancho, y en especial con el tercer par por los adentro, logrando pasar por donde no cabría una aguja, haciendo que los portugueses se levantasen en pié al son de Torero - Torero. Ya con la muleta le hizo una faena corta pero intensa de ligazón y sentimiento que le valió su 1ª vuelta al ruedo. En su 2º, este con tendencia a manso, se lo llevó a los medios y poco a poco dejándolo ir a tablas le realizó una faena de entrega y arriesgando mucho en tablas, cortándole el camino al animal que insistía en irse, y en casi una pelea personal del JULI con su enemigo le sacó pase a regañadientes y en comprometidos terrenos, lo que le valió para meterse de nuevo al público en los bolsillos.
Pero si la noche no tenía bastante emoción, salió el 6º toro, (3º para el madrileño) y se lió el "taco"' de nuevo. Este animal bravo y con nobleza se rindió ante la capacidad del matador ya en los primeros lances a la verónica, parándolo y templando su buena nota. En banderillas de nuevo hizo vibrar a los aficionados al colocar tres pares de riesgo ante un rápido y veloz toro que transmitía por su fiereza. Lo de la muleta ya fue otro cantar, le cuajó una faena llena de hondura artista y con pincelazos de torería de la cara. Con la derecha logró dos series de mano baja bien ligadas que arrancaron rugidos nacidos de las entrañas de los portugueses reservadas solo para las grandes ocasiones. Con la izquierda, bordó el 'toreo' llevando al animal largo y embebido en la muleta de la prodigiosa mano del JULI. Terminó con Roblesinas por ambos pitones que engarzaba con puros y arriesgados pases de pecho que le nacían de su magistral mente torera.
Tal fué el impacto de su toreo y causó tal revuelo en los tendidos que la gente pedía dividida, unos el indulto y otros que cogiera la espada y lo matara. Como es tradicional en Portugal, le clavó una banderilla simulando la suerte de matar y tras llevarse el toro los campinos y cabestros, se inundó el ruedo de aficionados para izar a hombros al JULI, a los ganaderos y al rejoneador SALGUEIRO, a los cuales tras varias vueltas al ruedo decidieron sacar por la imponente puerta grande de la primera plaza de Lisboa, una puerta que solo se ha abierto en contadas ocasiones y que se rindió ante las faenas de este fenómeno del toreo.
Así "El Juli" esgribió una importante página para el toreo afianzando la afición portuguesa en el hermanamiento de esta común afición.