Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
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14/08/2014 | Beziers | El Juli, Sebastián Castella, Jose María Manzanares | Daniel Ruiz | silencio, oreja con petición de la segunda |
Plaza de toros de Béziers. Lleno. Toros de Daniel Ruiz. El Juli, silencio y oreja con fuerte petición de la segunda y aviso; Sebastián Castella, ovación tras petición y aviso y silencio tras aviso y José María Manzanares, silencio tras aviso y dos orejas tras aviso.
El Juli también ha estado a gran nivel en el cuarto, un toro noble. Faena cargada de poder y mando de El Juli, que ha sacado una labor de alta nota que nadie esperaba a tenor de las condiciones que había mostrado el toro en los primeros tercios pero que ha permitido al madrileño cuajar una meritoria labor. Ha conectado pronto con los tendidos, que han terminado de entregarse a El Juli cuando en el epílogo de su labor se ha metido en las cercanías del toro mostrando su total dominio. Ha cortado una oreja y el usía le ha negado la segunda, pedida por el público y con méritos para ello. Nada ha podido hacer en el que abría plaza, un toro sin recorrido y al que le faltaba fuerza. El madrileño lo ha dejado casi sin picar para que llegara con más vigor a la muleta, pero no ha sido posible construir una labor de mérito.
En el cuarto sellaría El Juli lo mejor de su actuación: tras su silenciosa actuación en el primero, Julián salió a por todas en el segundo de su lote. El de Daniel Ruiz no tenía ritmo, pero fue El Juli el que hizo que sacara lo mejor que llevaba dentro el astado albaceteño. Quitó por chicuelinas y ese fue el mejor preludio para lo que en el trasteo muleteril acontecería: las primeras tandas fueron de vibrante ejecución y especial eco en lostendidos galos, sobre todo una primera por el pitón derecho con la mano muy baja. Así, el de Ruiz fue sacando las virtudes que había escondido en los primeros tercios y el de Velilla observó la buena actitud de su oponente, por lo que lo aprovechó y exprimió con la mano muy baja también al natural. Tras una soberbia estocada, una oreja fue a parar a sus manos, pero el público siguió pidiendo el trofeo no concedido finalmente por el usía. Silencio escuchó en el abreplaza, un toro a menos y sin fuelle con el que no pudo sino justificarse, pues perdía la fuerza y las manos a raudales.
El Juli no tuvo opción con el primero. Fue un animal carente de fuerzas que el público protestó mucho. El torero trató de asentarlo, pero perdió las manos varias veces y tuvo que abreviar. Silencio para él. No quería que se le escapase el triunfo y ya desde el capote lo mostró. Tras el quite por chicuelinas y el tercio de banderillas en el que el toro pareció lastimarse, El Juli lo atacó, dejándole la muleta puesta para armar series ligadas y vibrantes. El toro sacó fondo y rompió a bueno, así que el diestro puedo explayarse en el último tramo de su labor, que remató a cuerpo descubierto. Mató a volapié y cortó una oreja con fuerte petición de la segunda.