El JULI pierde la puerta grande por la espada en Almería

Plaza de toros de Almería. Casi tres cuartos de entrada. Toros de San Mateo para rejones y Charro de Llen para la lidia de a pie. Hermoso de Mendoza, ovación y oreja; El Juli, oreja y ovación y Miguel Ángel Perera, oreja con petición de la segunda y dos orejas. Incidencias: La Asociación Amigos Taurinos de Almería entregó una distinción a El Juli como reconocimiento al autor de la Mejor Faena de la Feria 2013.

Cultoro. Emilio trigo

Julián López recibió al toro a pies juntos con el toro protestón para repetir, que se durmió en el peto sin pegarle y con el que Juli hizo lo que quiso. Mucha nobleza la del animal, Juli le dio media distancia, acortándola a medida que perdía fuelle el animal, muy a menos. Volapié de la casa y una oreja que voló al esportón. Con el quinto, blando y endeble en los primeros tercios, pareció que Juli fue el único que vio las virtudes del toro. Y tuvo la virtud del fondo el animal, pero hubo que ponerle la muleta muy de verdad para que no sacara el genio, que mitigaba con la obediencia al toque fuerte y la exigencia. Fueron macizas tres tandas de mano diestra, muy rebozadas, que quedaron más livianas con la falta de clase del toro al natural. Los tres pinchazos, sin embargo, impidieron la concesión del doble premio.

Mundotoro

El Juli cortó la primera oreja de la tarde del noble y manejable primero de Charro de Llen, un toro al que el madrileño recibió con enorme cadencia a la verónica en un gran saludo capotero y al que quitó por faroles invertidos, cordobina y chicuelina. Inició con fuerza en el tercio la faena el torero sin enmendarse y la primera serie con la derecha pero después el toro se vino a menos y el diestro puso de manifiesto su autoridad entre los pitones en una labor de figura una tarde más. El Juli se encontró en su segundo turno con un toro que se movió pero sin clase y con tendencia a puntear al final del muletazo. Como El Juli aplicó su técnica, y le exigió por abajo cerrándole la ventana de huida y no se dejó enganchar el trapo, el toro pareció mejor de lo que fue. Pinchó y perdió la oreja que le hubiera abierto la puerta grande.