Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
---|---|---|---|---|
28/03/2015 | Almendralejo | Espartaco, El Juli, Jose María Manzanares, Miguel Ángel Perera, Talavante, Ginés Marín | Garcigrande, Zalduendo, Fuente Ymbro, El Pilar, Núñez del Cuvillo, Domingo Hernández | dos orejas |
A las cinco y media comenzaba en Almendralejo el festival de la Unión de Toreros, con astados de distintas ganaderías para Juan Antonio Ruiz "Espartaco”, Julián López "El Juli”, Jose María Manzanares, Miguel Ángel Perera, Alejandro Talavante y Ginés Marín. Tuvo cadencia y mucho sabor el saludo de mano baja a la verónica de El Juli al segundo, de Zalduendo, que le humilló con ritmo desde el inicio. Torerísimo fue el quite por chicuelinas, con el animal humillando los embroques, pero saliendo del revés y desentendido. A Juan Diego, presidente de la Unión de Toreros, brindó su labor, que se inició hundido en estatuarios de preciso toque. De tres toques fueron luego los naturales para meterlo en el trazo, dada su tendencia a irse siempre de la suerte y a reponer. Varias veces intentó desmayarse Julián con mucho poder en el trapo, pero nunca se terminó de entregar el Zalduendo a un trasteo que siempre buscó la estética mientras limiaba defectos, siempre muy metido en la labor, culminada con una estocada contundente y premiada con las dos orejas.
A las cinco y media comenzaba en Almendralejo el festival de la Unión de Toreros, con astados de distintas ganaderías para Juan Antonio Ruiz "Espartaco”, Julián López "El Juli”, Jose María Manzanares, Miguel Ángel Perera, Alejandro Talavante y Ginés Marín. Tuvo cadencia y mucho sabor el saludo de mano baja a la verónica de El Juli al segundo, de Zalduendo, que le humilló con ritmo desde el inicio. Torerísimo fue el quite por chicuelinas, con el animal humillando los embroques, pero saliendo del revés y desentendido. A Juan Diego, presidente de la Unión de Toreros, brindó su labor, que se inició hundido en estatuarios de preciso toque. De tres toques fueron luego los naturales para meterlo en el trazo, dada su tendencia a irse siempre de la suerte y a reponer. Varias veces intentó desmayarse Julián con mucho poder en el trapo, pero nunca se terminó de entregar el Zalduendo a un trasteo que siempre buscó la estética mientras limiaba defectos, siempre muy metido en la labor, culminada con una estocada contundente y premiada con las dos orejas.