Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
---|---|---|---|---|
03/05/2015 | Aguascalientes | Mónica Serrano, El Juli, Diego Silveti, Armillita IV | Montecristo | ovación, dos orejas |
Plaza de toros Monumental de Aguascalientes. Feria de San Marcos. Lleno de ‘No Hay Billetes’. Toros de Montecristo(el 6º como sobrero) y Fernando de la Mora(7º, para rejones y 8º, sobrero de regalo). El 8º, ‘Aroma de Toro’, fue indultado. El rejoneador Emiliano Gamero, dos orejas y rabo; Julián López El Juli (de azul y oro) ovación tras petición y dos orejas; Diego Silveti (de lila y oro) silencio, silencio e indulto; y Fermín Espinosa Armillita IV (de lirio y oro) silencio y oreja. El camión que transportaba la cuadra de Gamero no pudo llegar a la hora del comienzo de la corrida, por lo que el rejoneador lidió al séptimo. (EFE).- La novena fecha de la feria de San Marcos en su versión 2015, ha sido histórica con triunfos impresionantes de Julian López "El Juli", Diego Silveti, Fermìn Espinosa "Armillita1V", el rejoneador Emiliano Gamero y el ganadero Fernando de la Mora. "El Juli" ha dado toda una lección, simplemente que es el mejor torero del universo en la actualidad, un Gamero que sustituyó a la rejoneadora Mónica Serrano, lesionada, y con una actuación cumbre cortó un rabo, un Silveti que tras una tarde aciaga regaló un toro y realizó la mejor faena, resultó con una cornada en el tobillo derecho y no pudo salir a hombros por tener que irse a la enfermería a ser intervenido. Con otro impresionante lleno en los tendidos se lidiaron siete astados de Montecristo, el sexto pitado por su poca presencia y un sustituto del mismo hierro, en que hubo de todo. Y dos de Fernando de la Mora, el de rejones estupendo y el de regalo que fue un dechado de bravura, estilo y calidad que a petición generalizada fue indultado. "El Juli", es un torero fuera de serie, le tocaron dos toros con pocas opciones, pero realizó dos faena impecables, impregnadas de conocimientos, talento torero por el cúmulo de toros que reúne en el cerebro. Al primero le cuajó una faena de un mérito increíble, se sacó muletazos que no tenía. Lo mató de estocada trasera y por ello no se le concedió trofeo algunos negándose a dar vuelta al ruedo. Al cuarto que parecía no daba condiciones para triunfar le inventó la faena, siempre en la distancia, ni dudas de ninguna plaza, sometiendo al toro a su antojo y llevándolo hasta donde él quería. Una cátedra del toreo auténtica. Estocada que partió al toro en dos. Un par de oreja y el reconocimiento del público.
Arrastraba la Feria de San Marcos la resaca de la vuelta de José Tomás a Aguascalientes cuando ya estaba El Juli en el ruedo sin solución de continuidad. Junto a él, Diego Silveti y el pequeño de la dinastía Armillita con un encierro de Montecristo. Supo El Juli caminarle para atrás al primero para azuzarle la embestida al distraído animal hasta desistir de estirarse a la verónica hasta después del penco. Fue por chicuelinas entonces el quite, del que se escupió el animal por su falta de celo, impidiendo la ligazón hasta la media. Nada bueno auguraba para la muleta, porque su feble condición no le dejó entregarse completamente a la asentada y pura lid que le propuso El Juli. Le tapó la cara con inteligencia Julián, sabiendo aplicarle siempre la altura justa a su falta de raza y de celo que le hizo terminar aplomado ante la figura gallarda del madrileño, que terminó poniéndole los muslos en los pitones. Enfibrado y firme, tuvo que soportar hasta coces del de Montecristo, al que mató de estocada trasera para escuchar una ovación. Tuvo paciencia El Juli para esperar que dejase el cuarto de corretear por el ruedo para desmayarle los lances a un animal que no andaba boyante de fuerza. Muy medido en el caballo, por cordobinas le interpretó Juli el quite, en el que perdió las manos el animal. En la muleta le faltó ritmo en la media altura que planteaba El Juli para ayudarle a afianzarse. Pero se defendió, se ancló al ruedo y realizó verdaderos esfuerzos por irse hacia adelante con voluntad, al no acompañarle las fuerzas. Sí le acompañaron a Julián, que necesitaba exigencia en sus formas y le echó el trapo a la arena para ver cómo doblaba el afligido animal. A las cercanías terminó yendo el madrileño para exprimirle el contenido al de Montecristo con temple máximo, haciendo que sonase Pelea de Gallos en la Monumental, empeñado en el triunfo en un desplante tirando los trastos. Lo reventó de una sensacional estocada y paseó las dos orejas.
Aguascalientes (México). Grande el toreo. Porque miren, dicen que días de mucho, visperas de nada. Y la tarde le pegó una voltereta al refrandero. Vamos por orden cronológico de una tarde de cuatro horas. En una plaza llena hasta reventar, triunfó uno con un toro de posibilidades invisibles que sólo vió él: Juli. Faena de dos orejas para defender la cima, su puesto. Un rejoneador que sustituía, que llegó tarde, forma el lío de su vida y corta un rabo, Gamero. Uno que comienza y crece cortó una oreja para pedir crédito, Armillita. Y uno que ya tenía a la gente de espaldas remontó con un toro de indulto, sobrero de regalo de Fernando de La Mora. Diego Silveti, en la mejor faena que haya hecho en su carrera. Un rabo simbólico y una cornada. Todo en una tarde. ¿Es o no es esto grande? La Monumental ya había enloquecido antes con la faena de El Juli al quinto de la tarde. Serio y hondo, el toro quedó crudo en el caballo y El Juli lo tuvo que asentar en los primeros compases de su faena. Nadie había previsto que el toro tuviese dentro las tres tandas sobre la mano derecha que le sacó el torero. Mucho menos previeron lo que llegó después: toreo largo, de mano baja, cumbre sobre la mano derecha a base de dejarle la muleta puesta y tirar del toro por abajo. Con el trasteo crecido ya, regresó a un pitón izquierdo por el que el toro antes no se había movido e hilvanó nada menos que tres tandas. Sonaba 'Pelea de gallos' y el espadazo desató la locura. Dos orejas, entre gritos de 'torero, torero'. Sólo él tuvo fe. Y hasta tres veces hubo de remontar faena cuando el toro doblaba las manos y todo se iba al piso. El madrileño había sacado del primero lo que no tenía. Era un toro alto, feote, muy suelto, que se agarró al piso. Tras el inicio por siete estatuarios, trató El Juli de darle celo citando con suavidad sobre ambas manos. Su intención fue siempre tirar del toro pero el toro no quiso, así que el torero se colocó muy cerca y, donde el toro no tenía ni embroque, le sacó tandas de muletazos lentísimos. La gente bramaba mientras los pitones del toro se le iban al pecho. La estocada fue defectuosa y eso le dejó sin premio.
Aguascalientes (México) 3 may (EFE).- La novena fecha de la feria de San Marcos en su versión 2015, ha sido histórica con triunfos impresionantes de Julian López "El Juli", Diego Silveti, Fermìn Espinosa "Armillita1V", el rejoneador Emiliano Gamero y el ganadero Fernando de la Mora. "El Juli" ha dado toda una lección, simplemente que es el mejor torero del universo en la actualidad, un Gamero que sustituyó a la rejoneadora Mónica Serrano, lesionada, y con una actuación cumbre cortó un rabo, un Silveti que tras una tarde aciaga regaló un toro y realizó la mejor faena, resultó con una cornada en el tobillo derecho y no pudo salir a hombros por tener que irse a la enfermería a ser intervenido. Con otro impresionante lleno en los tendidos se lidiaron siete astados de Montecristo, el sexto pitado por su poca presencia y un sustituto del mismo hierro, en que hubo de todo. Y dos de Fernando de la Mora, el de rejones estupendo y el de regalo que fue un dechado de bravura, estilo y calidad que a petición generalizada fue indultado. "El Juli", es un torero fuera de serie, le tocaron dos toros con pocas opciones, pero realizó dos faena impecables, impregnadas de conocimientos, talento torero por el cúmulo de toros que reúne en el cerebro. Al primero le cuajó una faena de un mérito increíble, se sacó muletazos que no tenía. Lo mató de estocada trasera y por ello no se le concedió trofeo algunos negándose a dar vuelta al ruedo. Al cuarto que parecía no daba condiciones para triunfar le inventó la faena, siempre en la distancia, ni dudas de ninguna plaza, sometiendo al toro a su antojo y llevándolo hasta donde él quería. Una cátedra del toreo auténtica. Estocada que partió al toro en dos. Un par de oreja y el reconocimiento del público.