Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
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08/11/2015 | México | El Juli, El Payo | Fernando de la Mora | ovación, dos orejas, vuelta al ruedo |
Volvía El Juli a la Plaza México luego de su ausencia de la temporada pasada y el reencuentro no pudo ser mejor. Quizá pudo ser más abultado en trofeos, pues la espada le dejó sin orejas en el primero y el último de los toros que conformaron su lote, pero además de recibir el cariño del público defeño, El Juli correspondió a los 30.000 feligreses que acudieron a Insurgentes con una tarde de gran compromiso y mucho toreo. Estuvo ya muy por encima del primero, exhibió autoridad frente al tercero, poniendo la emoción que faltaba al astado, pero fue en el quinto, el mejor de un muy desigual y decepcionante encierro de Fernando de la Mora, donde el torero madrileño alcanzó la cúspide artística. Toro noble y toreo templado y profundo, ejecutado con ritmo y prácticamente al ralentí. El Payo tuvo el santo de espaldas, pero dio la cara y, además de una fuerte voltereta que lo dejó mermado el resto de la tarde, se llevó una oreja de peso como premio a su entrega. Noble pero algo escaso de pujanza el primero, El Juli recibió la primera gran ovación de la tarde en un quite que intercaló chicuelinas con el compás abierto y cordobinas. Luego en el último tercio llevó muy cosida la embestida del animal el torero madrileño, citando muy en corto y llevando al animal muy largo por los dos pitones. Hubo pausas en medio de las series porque el toro no permitió que lo apretaran, y por eso la labor no acabó de explotar. Fue aplaudido. Corto de viaje, de medias embestidas, el tercero tampoco aportó la cuota de emoción necesaria para que la faena de El Juli tuviera continuidad. De nuevo todo lo hizo el torero, pues hubo muletazos de considerable longitud, provocando mucho al animal con la voz para acabar muy cerrado en tablas, totalmente metido en la cuna de los pitones. Faena de gran mérito del torero, a un toro medio al que lidió con gran seguridad hasta acabar poniendo al público en pie al final de la obra. Hundió el estoque al primer intento de un modo espectacular y fue recompensado con dos orejas. El quinto fue el toro de más cualidades: fijeza, empuje y sobre todo una gran nobleza, y con él El Juli volvió a poner en pie a la concurrencia. Faena muy completa, en la que evidenció soltura y capacidad, frescura, intuición y hondura en una labor de gran rotundida, en la que entremezcló muletazos excelsos, de mucha profundidad, muy sometidos y de mano baja, con dosantinas y pases del desdén. A pesar de un pinchazo se pidió con fuerza una oreja que esta vez el juez de plaza no quiso conceder. - See more at: http://www.mundotoro.com/noticia/mexico/1266893#sthash.8C7FMiNu.dpuf