Fecha | Plaza | Cartel | Ganadería | Resultados |
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10/01/2016 | Manizales | Enrique Ponce, El Juli | Ernesto Gutiérrez | Oreja, dos orejas y palmas |
Histórico broche de oro a la Feria de Manizales han sabido poner Enrique Ponce, Julián López ‘El Juli’ y el ganadero Miguel Gutiérrez, quienes al finalizar la corrida fueron paseados a hombros por el ruedo bajo una lluvia de claveles arrojados por quince mil aficionados que pusieron el ‘No hay boletas’ en las taquillas desde tempranas horas. Lo de El Juli ha sido grandioso en los tres toros de Ernesto Gutiérrez, emblemática ganadería de Manizales que ha sido causal de tantas emociones en la corrida. Aunque muy justo de fuerza su primero, permitió una faena completa a base de muletazos lentos, de mucha calidad, que inició de rodillas estallando las ovaciones sin parar. Ceñidísimas bernadinas fueron el epílogo a la media espada que requirió para pasear la oreja. En su segundo turno recibió a ‘Limonero’, un precioso ejemplar con 520 kilos al que bordó lances preciosos y un quite por chicuelinas de mano baja. El Juli entendió la embestida un tanto irregular y resolvió meterse en los pitones para sacar muletazos increíbles, de planta quieta. Fue un arrimón que puso el olor a cloroformo en la plaza. Valor sereno, valor de entrega, valor de torero macho. El premio de las dos orejas después del gran espadazo le valieron para recibir y pasear otro gran trofeo en esta plaza.
El Juli sorteó en su primer turno un toro noble y con ritmo pero que tuvo el defecto de salir distraído de los muletazos. El madrileño, que echó las rodillas al suelo en la larga de recibo, cuajó una faena completa y rotunda sobre ambas manos. Ligó los muletazos en un conjunto presidido por la facilidad y la autoridad del toreo del madrileño. Tenía en su mano el premio de las dos orejas que el fallo con la espada dejó en una. A su segundo sí le cortó las dos orejas y no era tarea fácil porque el toro de Ernesto Gutiérrez fue un animal deslucido, de rebincada e irregular embestida, soltaba mucho la cara. El madrileño optó por las cercanías y le pisó con autoridad y firmeza los terrenos del toro. Muy por encima Julián de las condiciones de su oponente que desarrolló nulas virtudes. Metido entre los pitones, le arrancó muletazos de verdadero mérito antes de agarrar una estocada.
El triunfo inicial de Ponce motivó a El Juli, que se tiró de rodillas para recibir al segundo. Ajustadísimo quite por saltilleras. De hinojos de nuevo en la apertura, rotunda, prosiguió Julián a gran nivel con el toreo en redondo, vertical primero, encadenando muletazos después como si de una ruleta interminable se tratase. Y prosiguió con una arrucina perfecta que hizo sonar también Feria de Manizales. La locura se desató cuando, sin apenas espacio, el madrileño se sacó un muletazo por la espalda. Las arrucinas de epílogo provocaron incluso una leve petición de indulto para Tequilero pero Juli entro a matar. Un pinchazo hondo y dos descabellos dejaron el premio en una oreja. 'Timonero', que hizo cuarto, se resistía a embestir a la muleta de El Juli, y tras una fase en la que alargó todo lo posible su embestida, no hubo otra opción para calentar los tendidos que el toreo de cercanías. Y vaya si calentó el ambiente. Menudo arrimón de Juli, con los pitones del toro a milímetros de sus muslos. No siempre hubo limpieza pero la capacidad del torero entusiasmó de tal manera que el respetable rompió a aplaudir en pie. Y cayeron las dos orejas.
Una oreja paseó El Juli con un segundo al que selló un faenón. Demostró muchísima soltura de capa para enlazar varias verónicas de manos bajas de buen trazo. Muleta en mano fue haciéndose con la embestida del astado hasta dejar una media y dos golpes de verduguillo que le valieron el despojo. Anduvo entregado con el agarrado cuarto, un toro al que debió llevar a media altura y con el que consiguió meterse al respetable en el bolsillo tras un espeluznante arrimón final. Temerarias fueron las últimas series por bernadinas antes de enterrar el acero en todo lo alto y pasear el doble trofeo.