El 23 de agosto de 2001 El Juli iba más allá, su mirada nos enseñó algo fuera de toda lógica. Emociona y asusta su rostro destrozado viendo con pasmosa serenidad como el presidente sacaba el segundo pañuelo. Un día antes, reapareciendo de una cornada que sufrió en Málaga, ya había cortado otras dos orejas a un lote de Victorino Martín. Al año siguiente, otro 23 de agosto, cortaba tres orejas y abrió la puerta grande que un toro de Torrealta le había impedido cruzar tras partirle literalmente la cara. 10 años más tarde, otro 23 de agosto, conseguiría su tercera puerta grande en Vistalegre tras cortar las dos orejas al toro "Dulce" de El Pilar. Una salida en hombros que ya había merecido la tarde anterior tras la apasionante faena a un toro de Núñez del Cuvillo. Y un año más tarde abría la puerta grande una vez más tras cortarle las dos orejas a un toro de Garcigrande.
Pero posiblemente su mejor faena la logró el 27 de agosto de 2015. Ya a su primer toro le cortó una oreja. Y ante su segundo toro, de nombre "Juglar", también de la ganadería de Garcigrande, El Juli cuaja un faenón con momentos únicos, históricos. Lamentablemente el presidente de la plaza quiso tener más protagonismo de la cuenta concediendo una sóla oreja a pesar de la fortísima petición del público, que obligó a El Juli dar una segunda vuelta al ruedo.
La plaza de Bilbao, desde luego, es clave en su vida torera. 31 orejas, 4 puertas grandes y otras dos tardes en la que El Juli cortó una oreja a cada toro de su lote sin salir en hombros por la normativa del reglamento vasco que obliga a cortar, como mínimo, dos orejas de un mismo toro.
Sus gestas acogieron tinte de acontecimiento. Su calado entre la afición bilbaína es tal que en 2002 le rindieron un multitudinario homenaje en el teatro Arrieta. Y su despedida el 26 de agosto de 2023 fue inolvidable.