Bilbao, 25 de agosto de 2005. El Juli, en aquella tarde lluviosa en la que doctoraba a Iván Fandiño, cuajó una tarde rotunda, redonda, una más, en Bilbao. La faena a su primer toro de El Ventorrillo, aunque incomprensiblemente no fue premiada por el presidente, rayó a una enorme altura. Ligando los muletazos sin pausas, en un palmo de terreno, tanto por redondos como por naturales. Una de sus mejores faenas en Bilbao. Y con el segundo toro de su lote, de muchas más dificultades, El Juli dio una talla de figura enorme, imponiéndose a su antagonista con gran autoridad y mucha torería. Y cortó una oreja. Tan sólo seis después de ser corneado en Valladolid (nazareno y oro), El Juli reaparece en Murcia dando una gran tarde de toros. Los fallos con la espada impiden que El Juli salga con tres orejas en lugar de una oreja. En Logroño corta una oreja, en faena de dos, después de una labor muy importante y entregada ante un toro de La Martelilla. Ya en la temporada 2006, se las ve en Olivenza con los toros de Victorino, a los que se impone toreramente. En la intensa campaña que realiza en México durante el mes de abril (torea diez corridas en once días) destaca su triunfo en Aguascalientes, donde desoreja a un toro de Santa Bárbara. De vuelta a España, y en un momento fantástico en su temporada, corta tres orejas con petición de cuatro en Aranjuez. En Toledo, faena rotunda, premiada con dos orejas, a un toro de Domingo Hernández; cortó un total de tres trofeos. Repite en Sanlúcar de Barrameda, y nuevamente su triunfo es de clamor: corta tres orejas a un lote de Gavira. El Juli también sale a hombros en Cuenca. Dos orejas corta en Almagro, y otras dos, como mínimo, hubiera paseado en Cieza de haber estado más o menos acertado con la espada. Un acero que maneja de manera formidable en Aranda de Duero, donde pasea hasta tres orejas.