El primer toro fue devuelto y en su lugar salió un sobrero de Victoriano del Río, con mejor pitón derecho que izquierdo, con tendencia a mansear y sin acabar de humillar. Pero metió la cara y tenía movimiento. Nada más salir del caballo, El Juli le enjaretó unas chicuelinas cadenciosas, dormidas. El inicio de muleta fue soberbio, con doblones que por el lado diestro fueron primorosos. El lado bueno del de Victoriano fue aprovechado por un Juli despacioso, magistral, que ligó el toreo en redondo y se regustó en los remates: trincherillas, pases de pecho de todas las marcas, molinetes encadenados... Y todo con el sabor de los años. Despacio, despacio. Al natural le disimuló las embestidas, por las nubes. Y como colofón, unas mondeñinas ajustadísimas, sentidas como toda la faena. Mal con los aceros se le fue el premio. Nada tuvo el cuarto, nada salvo andar con él, despacio y en maestro, hasta que no cabía más tiempo con él. Nueva ovación.
Huelva. Sábado 6 de agosto de 2016. Lleno. Toros de Santiago Domecq y un sobrero de Victoriano del Río lidiado en primer lugar.
El Juli (de verde botella y oro) ovación y ovación, Miguel Ángel Perera (de verde hoja y oro) ovación y ovación, y Roca Rey (de lila y oro) ovación y ovación