El Juli en El Mundo ante la cita del domingo
jueves, 11 de agosto de 2016
Zabala de la Serna (El Mundo). San Sebastián, 14 de agosto. Ya se cierne la fecha que atrapa hasta la última mirada del planeta de los toros. El tsunami habitual de José Tomás contra la fuerza telúrica de El Juli. Un choque de colosos.Pero no uno más. Nunca lo fueron. Ni uno solo de los 46 anteriores.Juli lo sabe. Y lo explica. No se trata de ganar o perder. Son dos formas de entender el toreo frente a frente.
Un círculo rojo encierra el 14 de agosto en el calendario. San Sebastián espera con su calma azul un choque de fenómenos. La colisión del tsunami habitual de José Tomás contra la fuerza telúrica de El Juli. La explicación sísmica del planeta de los toros en el último cuarto de siglo. Dos conceptos frente a frente. Más allá de sus tauromaquias, dos maneras de ser, estar y vivir en el toreo. Caminan hacia las 50 tardes de rivalidad. Van por 46. Hay datos: 74 orejas para Juli, 64 para JT; 25 puertas grandes frente a 21. "No es cuestión de goles, no se trata de ganar o perder, es algo mucho más profundo", ahonda Juli.
P. Ya. Pero ante un enfrentamiento de tales dimensiones en el fútbol la prensa deportiva llevaría dos semanas calentando motores.
R. Sin duda es envidiable la estructura que tiene el mundo del fútbol en cuestión de información. Tanto para el espectáculo en sí como en la preparación, los días previos, mil cosas que en el mundo del toro se quedan tapadas. Nadie las ve. Es como si no se supieran contar. Siempre he creído que el gran lastre de los toros ha sido la comunicación. Hasta los antitaurinos están mal informados a la hora de atacarlo. Falta la vía para contar a la gente cómo es el toreo.
P. José Tomás y usted se han visto las caras en 46 ocasiones. La primera vez fue en Lima en el 98. Ya llovió...
R. En aquella época él era mi referente, el torero que más admiraba. Y así sigue siendo. Aunque toreaba con todas las figuras, alternar con José Tomás suponía un plus añadido. De entre todos los toreros que catalogas como a tus grandes ídolos, siempre tienes uno con una llamada especial. En aquellos años él había irrumpido con toda la fuerza del mundo. Recuerdo nuestras tardes con una motivación espectacular.
P. ¿Siguen vivas la motivación, la presión, la tensión, pese a los años vencidos?
R. Sí. Sabes que la repercusión de tardes como esas se multiplica. Es evidente que han pasado muchas cosas, muchos años, quizá no tengo la inseguridad que tenía en aquellos momentos cuando empezaba, en los que no has descubierto tu tauromaquia del todo y tienes muchos deseos de hacer cosas. Ahora la situación es otra, pero no por ello deja de ser igual de emotiva y bonita. Al final estoy toreando con un torero que lleva otra estructura de vida, otra estructura de temporada y otra forma de vivir la profesión pero que defiende la ideología y la filosofía que sentimos muchos toreros.
Foto: David S. Bustamante
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