Noticias

Todas las noticias de Julián López

7305 días mandando

7305 días mandando

martes, 18 de septiembre de 2018

Cultoro: “Hoy se cumplen 20 años de la alternativa de El Juli, dos décadas de un torero mandón que se ha convertido en todo un referente para la historia de la tauromaquia”.

Mundotoro: “La canción no dice la verdad. Apenas es una literatura bella musicada para una melancolía excelsa. Casi histórica. Pero veinte es mucho o poco, depende de que.  Veinte años de alternativa como Máxima figura del toreo desde antes de esos veinte, es mucho. Quizá más que mucho. Veinte en un tipo de treinta y tantos es mucho.  Veinte en un torero es toda una vida.

Miremos en el calendario medio siglo atrás, más o menos.  Y casi todas las figuras del toreo que salieron en esos años dentro de esos veinte, algo tienen de él. Casi todos. Hasta el toreo, casi siempre vivía de la inercia en las distancias largas como base de emoción y útil sobre el cual el toro se iba y venía.

Desde él, aparece casi como denominador común de su tauromaquia, eldesprecio por la inercia. Sobreviene el enganchar desde el toro detenido, adelantar la muleta siempre que se pueda, la altura sobre la idea de la mano más baja que nunca, donde se reduce la velocidad y se exige a la bravura, el trazo largo, la muleta puesta de nuevo allí donde el toro ha de volver su cara después de finalizar el pase  anterior.

Desde luego que cada figura del toreo tiene su marca. Su rasgo. Pero mirando las actuales tauromaquias de algunos y sobre todo su tramo inicial, hay mucho de ese toreo en cada torero importante actual. Un ejemplo. Las arrucinas de ahora no son de él, claro. Son de Arruza. Pero quien hoy las ejecuta inverosímil las vio a este torero de los veinte en el campo. Quitando Morante, que es extramuros de todo excepto de Gallito, hay en ellos parte de él. Y el toro… Los ganaderos no niegan lo evidente. Que la gran mayoría de los que funcionan, seleccionan un toro y un modo de embestir muy para esa tauromaquia descrita. Como en su día pasó con Joselito El Gallo. Uno ve figuras que llenaron una época como Paquirri, Espartaco, Ponce… otros que duraron menos pero tuvieron años con mucha fuerza como Ojeda, Jesulín, Rincón o el dilatado por no presente José Tomás… y, siendo sinceros en observación, posiblemente ninguno haya influido tanto en el toro y en la idea de torear fuera de las inercias.

Hay, además, algo sin explotar. Visto pero sin explotar. Llegará un día, quizá pronto, que este que cumple veinte largos y exigentes y duros y grandiosos años, le de por aparcar la tauromaquia de competición o rivalidad, la tauromaquia que a veces ha de salirse del pentagrama para seguir llevando la corona. Que la aparque para dejar fluir ese toreo sin exigencias exteriores. Un toreo que solo rinda pleitesía a una forma de torear donde jamás pueda entrar el arrebato por la gloria sino la calma del toreo que reduce, que ralentiza, que detiene, que se expresa con el cuerpo más acompasado con el vuelo lento de los flecos de la muleta que con la exigencia del toreo que busque por encima de todo ser la cima. Como el toreo que hizo ya tantas tardes. En Albacete por ejemplo.

Ah. El que cumple los veinte años de alternativa y es el referente y referido de este artículo es Julián López Escobar. El Juli".

Volver
Compartir en facebook Compartir en twitter